José Moreno Carbonero, Don Quijote y los molinos de viento Museo del Prado (en depósito en el Museo de Jaén) |
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martes, 31 de mayo de 2016
Año Cervantes 10
lunes, 30 de mayo de 2016
Perritos 3
Brandon de Wilde con su perro en Raíces profundas (Shane), George Stevens, 1953 |
domingo, 29 de mayo de 2016
sábado, 28 de mayo de 2016
viernes, 27 de mayo de 2016
Parecidos razonables 7
jueves, 26 de mayo de 2016
miércoles, 25 de mayo de 2016
Striptease
martes, 24 de mayo de 2016
lunes, 23 de mayo de 2016
Independentistas
José Rizal (1861-1896) |
José Martí (1853-1895) |
José Rizal
Canto del Viajero
Hoja seca que cuela
indecisa
y arrebata violente
turbión,
así vive en la tierra
el viajero,
sin norte, sin alma,
sin patria ni amor.
Busca ansioso
doquiera la dicha
y la dicha se aleja
fugaz:
¡vana sombra que
burla su anhelo!...
¡Por ella el viajero
se lanza a la mar!
Impelido por mano
invisible
vagara confín en
confín;
los recuerdos le
harán compañía
de seres queridos, de
un día feliz.
Una tumba quizás en
el desierto
hallara, dulce asilo
de paz,
de su patria y del
mundo olvidado...
¡Descanse tranquilo,
tras tanto penar!
Y le envidian al
triste viajero
cuando cruza la
tierra veloz...
¡Ay, no saben que
dentro del alma
existe un vacío de
falta de amor!
Volverá el peregrino
a su patria
y a sus lares tal vez
volverá,
y hallara por doquier
nieve y ruina,
amores perdidos,
sepulcros, no más.
Ve, viajero, prosigue
tu senda,
extranjero en tu
propio país;
deja a otros que
canten amores,
los otros que gocen;
tu vuelve a partir.
Ve, viajero, no
vuelvas el rostro,
que no hay llanto que
siga al adiós;
ve, viajero, y ahoga
tu penas;
que el mundo se burla
de ajeno dolor.
José Martí
Versos Sencillos, I
Yo soy un hombre
sincero
de donde crece la palma,
y antes de morirme quiero
echar mis versos del alma.
de donde crece la palma,
y antes de morirme quiero
echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas
partes,
y hacia todas partes voy:
arte soy entre las artes,
en los montes, monte soy.
y hacia todas partes voy:
arte soy entre las artes,
en los montes, monte soy.
Yo sé los nombres
extraños
de las yerbas y las flores,
y de mortales engaños,
y de sublimes dolores.
de las yerbas y las flores,
y de mortales engaños,
y de sublimes dolores.
Yo he visto en la
noche oscura
llover sobre mi cabeza
los rayos de lumbre pura
de la divina belleza.
llover sobre mi cabeza
los rayos de lumbre pura
de la divina belleza.
Alas nacer vi en los
hombros
de las mujeres hermosas:
y salir de los escombros,
volando las mariposas. (…)
de las mujeres hermosas:
y salir de los escombros,
volando las mariposas. (…)
Si dicen que del
joyero
tome la joya mejor,
tomo a un amigo sincero
y pongo a un lado el amor.
tome la joya mejor,
tomo a un amigo sincero
y pongo a un lado el amor.
Yo he visto al águila
herida
volar al azul sereno,
y morir en su guarida
la víbora del veneno.
volar al azul sereno,
y morir en su guarida
la víbora del veneno.
Yo sé bien que cuando
el mundo
cede, lívido, al descanso,
sobre el silencio profundo
murmura el arroyo manso.
cede, lívido, al descanso,
sobre el silencio profundo
murmura el arroyo manso.
domingo, 22 de mayo de 2016
sábado, 21 de mayo de 2016
viernes, 20 de mayo de 2016
Obituarios 2
Música popular 5
Ignacio Jacinto Villa Fernández, Bola de Nieve |
¡Ay, amor!
No puedo ser feliz
El Bola en la película Melodías de América
jueves, 19 de mayo de 2016
miércoles, 18 de mayo de 2016
Regreso al futuro
Un niño minero del carbón, EEUU, c. 1900 |
martes, 17 de mayo de 2016
Ínfulas - Gastromanía 3 - Año Cervantes 9
Grabado con el retrato de Lope de Vega en La hermosura de Angélica, 1602 |
A
Por tu vida, Lopillo,
que me borres
las diez y nueve torres del escudo,
porque, aunque todas son de viento, dudo
que tengas viento para tantas torres.
las diez y nueve torres del escudo,
porque, aunque todas son de viento, dudo
que tengas viento para tantas torres.
¡Válgame los de
Arcadia! ¿No te corres
armar de un pavés noble a un pastor rudo?
¡Oh tronco de Micol, Nabal barbudo!
¡Oh brazos Leganeses y Vinorres!
armar de un pavés noble a un pastor rudo?
¡Oh tronco de Micol, Nabal barbudo!
¡Oh brazos Leganeses y Vinorres!
No le dejéis en el
blasón almena.
Vuelva a su oficio, y al rocín alado
en el teatro sáquenle los reznos.
Vuelva a su oficio, y al rocín alado
en el teatro sáquenle los reznos.
No fabrique más
torres sobre arena,
si no es que ya, segunda vez casado,
nos quiere hacer torres los torreznos.
(Atribuído a Góngora)
si no es que ya, segunda vez casado,
nos quiere hacer torres los torreznos.
(Atribuído a Góngora)
La juventud de Cervantes: Una vida en construcción
A todo esto no respondió Sancho,
porque dormía, ni despertara tan presto si don Quijote con el cuento de la
lanza no le hiciere volver en sí. Despertó, en fin, soñoliento y perezoso,
y volviendo el rostro a todas partes dijo:
—De la parte desta enramada, si
no me engaño, sale un tufo y olor harto más de torreznos asados que de juncos y
tomillos: bodas que por tales olores comienzan, para mi santiguada que
deben de ser abundantes y generosas.
—Acaba, glotón —dijo don
Quijote—: ven, iremos a ver estos desposorios, por ver lo que hace el desdeñado
Basilio.
Don Quijote, Segunda parte, Cap. XX (Bodas de Camacho)
Don Quijote, Segunda parte, Cap. XX (Bodas de Camacho)
lunes, 16 de mayo de 2016
Incendios
domingo, 15 de mayo de 2016
Santo patrón
Luis Salvador Carmona, San Isidro Labrador Iglesia de Santa María del Castillo, Nueva Villa de las Torres |
sábado, 14 de mayo de 2016
viernes, 13 de mayo de 2016
jueves, 12 de mayo de 2016
Extraterrestres I
Kim Jong-Um, dictador, en la cima del Paektu Fuente: El País |
Parecidos razonables 6
miércoles, 11 de mayo de 2016
Aniversarios V
Camilo José Cela Trulock (11.05.1916-17.01.2002) |
Francisco Ferrer Lerín. CJC, una deuda
martes, 10 de mayo de 2016
lunes, 9 de mayo de 2016
domingo, 8 de mayo de 2016
sábado, 7 de mayo de 2016
viernes, 6 de mayo de 2016
Comité de sabios
jueves, 5 de mayo de 2016
Aniversarios IV
Federico Chueca (5.05.1846-20.06.1908) |
miércoles, 4 de mayo de 2016
Establecimientos 3 - Año Cervantes 8
Reñidero de gallos, Castro del Río, 1.05.16 Foto: Antonio Erena |
Comisiones andaluzas
A
principios de junio de 1587, se encuentra Cervantes en Sevilla, tras haberse
despedido de su mujer en circunstancias mal conocidas. Tal vez frustrado en sus
aspiraciones literarias, y poco dispuesto a dedicar el resto de su vida al
cuidado de los olivos y viñedos de su suegra, tal vez atraído por ocupaciones
más acordes con su deseo de independencia, aprovecha los preparativos de la
expedición naval contra Inglaterra, decretada por Felipe II, para conseguir un
empleo de comisario, encargado del suministro de trigo y aceite a la flota,
bajo las órdenes del comisario general Antonio de Guevara.
Proveído
con este cargo, recorre los caminos de Andalucía para proceder a las requisas
que le corresponde cumplir, muy mal recibidas por campesinos ricos y canónigos
prebendados, aun más reticentes después del desastre, en el verano de 1588, de la Armada Invencible.
Deseoso de conseguir un oficio en el Nuevo Mundo, presenta el 21 de mayo de
1590, acompañada con su hoja de servicios, una demanda al Presidente del
Consejo de Indias, destinada al Rey. En ella menciona, entre «los
tres o cuatro que al presente están vaccos», «la contaduría
del nuevo reyno de Granada», la «gobernación de la provincia de
Soconusco en Guatimala», el de «contador de las galeras de
Cartagena» y el de «corregidor de la ciudad de la Paz », concluyendo que «con qualquiera de estos officios que V. M. le haga merced, la
resçiuirá, porque es hombre auil y suffiçiente y benemérito para que V. M. le
haga merced». El 6 de junio, el doctor Núñez Morquecho, relator del Consejo,
inserta al margen del documento una negativa expresada en los siguientes
términos: «Busque por acá en que se le haga merced».
Mientras
tanto, a los procedimientos dilatorios que le oponen sus proveedores,
especialmente en Écija y Teba, a la excomunión fulminada contra él, a petición
de algún canónigo reacio, por el vicario general de Sevilla, al encarcelamiento
que le impone, en 1592, el corregidor de Castro del Río, por venta ilegal de
trigo, se suman las acusaciones de sus adversarios y los abusos de sus
ayudantes, hasta abril de 1594, momento en que se pone fin al complejo sistema
de comisiones iniciado siete años antes.
Por
cierto, como contrapartida de esta penosa experiencia, la fascinación que
ejerce Sevilla sobre Cervantes contribuye a explicar sus prolongadas estancias
a orillas del Guadalquivir, lejos de Esquivias y de su esposa: acumula de esta
forma un rico caudal de experiencias, aprovechado por él en la elaboración de
sus obras de ambiente sevillano, como la comedia de El Rufián
dichoso o, entre las Novelas Ejemplares, El Celoso
extremeño, Rinconete y Cortadillo y El coloquio de los perros.
Ahora bien, a falta de datos concretos, difícil se nos hace apreciar el proceso
que lo llevó de la experiencia viva a la creación literaria. Por lo que se
refiere a su actividad de escritor, los pocos indicios de que disponemos -si se
hace caso omiso de la historia del Cautivo, probablemente redactada hacia 1590
e incluida ulteriormente en la
Primera parte del Quijote- son alguna que otra poesía de
circunstancia y el contrato (a todas luces no cumplido), firmado en 1592 con
Rodrigo Osorio, autor de comedias, por el que se comprometía a componer seis
comedias«en los tiempos que pudiere».
Encarcelamiento
En
agosto de 1594 se ofrece a Miguel de Cervantes Saavedra, que ostenta desde hace
cuatro años un segundo apellido, tomado sin duda de uno de sus parientes
lejanos, una nueva comisión que lo lleva a recorrer el reino de Granada, con el
fin de recaudar dos millones y medio de maravedís de atrasos de cuentas. Al
cabo de sucesivas etapas en Guadix, Baza, Motril, Ronda y Vélez-Málaga,
marcadas por enojosas complicaciones, finaliza su gira y regresa a Sevilla. Es
entonces cuando la bancarrota del negociante Simón Freire, en cuya casa había
depositado las cantidades recaudadas, incita a su fiador, el sospechoso
Francisco Suárez Gasco, a pedir su comparecencia. Pero el juez Vallejo,
encargado de notificar esta orden al comisario, lo envía a la cárcel real de
Sevilla, cometiendo, por torpeza o por malicia, un auténtico abuso de poder.
Esta
cárcel que, durante varios meses, le dio ocasión de un trato prolongado con el
mundo variopinto del hampa, verdadera sociedad paralela con su jerarquía, sus
reglas y su jerga, parece ser, con mayor probabilidad que la de Castro del Río,
la misma donde se engendró el Quijote, si hemos de creer lo que nos dice
su autor en el prólogo a la
Primera parte: una cárcel «donde toda
incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación», y
en la cual bien pudo ver surgir, al menos, la idea primera del libro que ocho
años más tarde le valdría una tardía consagración.
No
conocemos la fecha exacta en que Cervantes recobró la libertad. Pero conservamos
la respuesta del rey a su demanda, por la que se conminaba a Vallejo soltar al
prisionero a fin de que se presentara en Madrid en un plazo de treinta días. No
se sabe si éste cumplió el mandamiento, pero al parecer, se despide
definitivamente de Sevilla en el verano de 1600, en el momento en que baja a
Andalucía la terrible peste negra que, un año antes, había diezmado Castilla.
Jean Canavaggio, Cervantes en su vivir (fragmento)
Jean Canavaggio, Cervantes en su vivir (fragmento)