Jaén, tapa de arqueta de agua, calle Los Peñas, foto: Antonio Erena, 15.10.18 |
Ciudad de los raudales que has
escrito tu nombre sobre las aguas de una ciénaga. Unos te llamaron “Todavía
no”, otros “Ya no”, pero ninguna de tus calles supo jamás si sus recuerdos eran
algo más que estos despojos. Hoy tampoco quisiera, aun mirándote, ver tu
belleza arrasada. Portillo, Arco del Consuelo, Callejón de la Mona , Maestra, Juego de
Pelota, Llana, Compañía, Los Muertos, Espiga, Colegio, Campanas, Cuesta del
Obispo, Callejón de la Tortuga :
tu gente habla el idioma de quienes nunca dejaron de huir porque los detuvo su
aislamiento o el ángel de las fondas. Radios partidos, cubos de mugre, calles
cuyos portales olieron a lejía porque llevan al altozano de la iglesia, a una
plaza que tiene nombre de madre. Ten piedad contigo misma, plaza que desoíste arengas,
murmuraciones, escrituras que nunca avalaron las notarías ni el linotipista de
los bandos. Ven hasta quienes heredamos la amortización de la sangre, emancipa
ya el tiempo de tu historia, fija tu naturaleza en el espacio, sentencia que la
intemporalidad del infinito se haga presente en tu retablo de roca pulida por
la niebla de este invierno, aposento de tu transparencia geológica. Amor te lo
manda, tan temeroso de Dios como de la estupidez de la plebe, desde el altavoz
de la noche en manos de la graja.
Juan Manuel Molina
Damiani, "Hospedería", diario Jaén, 16.03.18
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