Vista de Jaén desde Cerro Puerta Foto: Antonio Erena (2.10.21) |
Víspera de Santos Reyes,
segunda fiesta del año,
cuando el hijo del rey moro
al rey le pide aguinaldo.
—No
le pido oro ni plata
ni tampoco su reinado,
pídole cuatro mil hombres
que salgan conmigo al campo.
Si cuatro mil le ha pedido,
cinco mil le ha mandado.
Por los campos de Jaén
van los moros peleando;
tierra por donde ellos iban
todo quedaba arrasado;
no dejan cabra ni oveja
ni pastor con su rebaño,
a no ser un pobre viejo
de los miembros quebrantado.
—¿Adónde
queda mi primo?,
¿dónde quedan mis hermanos?
Dime, dime, tú, el pastor,
¿dónde los moros quedaron?
—En
los campos de Malverde
todos juntos merendando,
comen ternera cocida,
rico corderillo asado;
unos meriendan deprisa,
otros meriendan despacio,
a no ser el perro moro
que merienda de a caballo:
con la punta de la espada
traía el pan a la mano,
con la punta de la lanza
apurre el carnero asado.
La merienda del moro Zaide (romance)
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