Anónimo, Retrato de Francisco Asenjo Barbieri (1859), Biblioteca Nacional |
¡Nada de eso!
Procesiones, sí,
señor.
Demos al pueblo
espectáculos
que distraigan su
atención.
Hoy, verbena y
romería
con una docena o
dos
de riñas y de
homicidios;
acá y allá
procesión,
pedrea de cofradías
sobre qué santo es
mejor;
un militar fusilado
y mañana real función:
toros por mañana y
tarde
en la gran Plaza
Mayor,
con uno o dos
chulos muertos
si no lo remedia Dios;
y verá usté, amigo
mío,
como a nadie queda
humor
para ocuparse en la
guerra
ni hablar más del
Rosellón.
José Picón, libreto de Pan y
Toros de Barbieri,
Primer Acto, Escena III (fragmento).
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