Rafael Farina (Martinamor, 2.06.1923 - Madrid, 21.11.1995), fuente: Todocolección) |
Mi perrito Lucero fue
mi alegría,
el mejor compañero que yo tenía,
a la escuela a mi niño lo acompañaba
y con cuánto cariño con él jugaba.
Pero una noche él
solito,
en defensa de mi hogar,
en la mano de un maldito
ya no pudo más ladrar.
No siento los dineros
que me robaron,
sino al pobre Lucero que me mataron;
a pesar del tormento de su agonía
su rabito contento aún se movía
Alma de tirano, corazón de hierro,
¡maldita sea la mano que mata a un perro!
¡Maldita sea la mano que mata a un perro!
En penar y contento,
siempre testigo,
goce en todo momento sintió conmigo;
fue tan grande y tan sano, tanto adoraba,
que lamía la mano que le pegaba.
Pero una noche él
solito…
el mejor compañero que yo tenía,
a la escuela a mi niño lo acompañaba
y con cuánto cariño con él jugaba.
en defensa de mi hogar,
en la mano de un maldito
ya no pudo más ladrar.
sino al pobre Lucero que me mataron;
a pesar del tormento de su agonía
su rabito contento aún se movía
¡maldita sea la mano que mata a un perro!
¡Maldita sea la mano que mata a un perro!
goce en todo momento sintió conmigo;
fue tan grande y tan sano, tanto adoraba,
que lamía la mano que le pegaba.
Rafael Farina, Mi perro amigo
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