Adonis muerto, Museo Gregoriano Etrusco, Museos Vaticanos |
A.E. Housman, A un atleta caído joven (To an Athlete Dying Young)
(Trad. Antonio Erena)
The time you won your
town the race
We chaired you
through the market-place;
Man and boy stood
cheering by,
And home we brought
you shoulder-high.
Today, the road all
runners come,
Shoulder-high we
bring you home,
And set you at your
threshold down,
Townsman of a stiller
town.
Smart lad, to slip
betimes away
From fields where
glory does not stay,
And early though the
laurel grows
It withers quicker
than the rose.
Eyes the shady night
has shut
Cannot see the record
cut,
And silence sounds no
worse than cheers
After earth has
stopped the ears.
Now you will not
swell the rout
Of lads that wore
their honours out,
Runners whom renown
outran
And the name died
before the man.
So set, before its
echoes fade,
The fleet foot on the
sill of shade,
And hold to the low
lintel up
The still-defended
challenge-cup.
And round that
early-laurelled head
Will flock to gaze
the strengthless dead,
And find unwithered
on its curls
The garland briefer
than a girl’s.
……………………………………………..
La vez que ganaste la
carrera de tu pueblo
te paseamos por la
plaza del mercado;
hombres y muchachos
parados aclamándote,
y a tu casa a hombros
te portamos.
Hoy, por el camino llegan todos los corredores,
a hombros te traemos a
tu hogar,
y te dejamos en tu
umbral tendido,
vecino de una
ciudad inmóvil.
Chico listo: escapar
a tiempo
de los campos donde
la gloria no queda,
pues aunque el laurel crece pronto
más
rápido que la rosa se marchita.
Ojos que la noche
sombría ha cerrado
no pueden ver el
récord batir,
y el silencio no
suena peor que los vítores
después de que la
tierra haya tapado los oídos.
Ahora ya no
aumentarás la derrota
de muchachos que
perdieron su honor,
corredores cuya fama
destacó
pero el nombre murió
antes que el hombre.
Por eso plantad,
antes de que se disipe el eco,
el veloz pie en el
escalón sombrío,
y alzad a lo alto del
dintel
la todavía defendida
copa del torneo.
Y alrededor de esa
temprana cabeza laureada
contemplad reunidos al muerto inerte,
y descubrid inmarchita entre sus rizos
la guirnalda más breve que la de una niña.
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