viernes, 27 de octubre de 2017

Música popular 56

Joan Manuel Serrat (27.12.1943) con una vecina en su calle natal del Poeta Cabanyes,
barrio del Poble Sec, Barcelona, marzo 1970, foto: Colita
Paraules d'amor, Joan Manuel Serrat

Ella em va estimar tant
Jo me l'estimo encara.
Plegats vam travessar
Una porta tancada.

Ella, com us ho podré dir,
Era tot el meu món llavors
Quan en la llar cremàven
Només paraules d'amor...

Paraules d'amor senzilles I tendres.
No en sabíem més, teníem quinze anys.
No havíem tingut massa temps per aprende'n,
Tot just despertàvem del son dels infants.

En teníem prou amb tres frases fetes
Que havíem après d'antics comediants.
D'histories d'amor, somnis de poetes,
No en sabíem més, teníem quinze anys...

Ella qui sap on és,
Ella qui sap on para.
La vaig perdre i mai més
He tornat a trobar-la.

Però sovint en fer-se fosc,
De lluny m'arriba una cançó.
Velles notes, vells acords,
Velles paraules d'amor...

Paraules d'amor senzilles I tendres.
No en sabíem més, teníem quinze anys.
No havíem tingut massa temps per aprende'n,
Tot just despertàvem del son dels infants.

En teníem prou amb tres frases fetes
Que havíem après d'antics comediants.
D'histories d'amor, somnis de poetes,
No en sabíem més, teníem quinze anys.
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Ella me quiso tanto,
yo la quiero todavía.
Juntos atravesamos
una puerta cerrada.

Ella, cómo os lo podré decir,
era todo mi mundo entonces,
cuando en el hogar ardían
solamente palabras de amor.

Palabras de amor, sencillas y tiernas,
no sabíamos más, teníamos quince años,
no habíamos tenido demasiado tiempo para aprenderlas,
recién despertábamos del sueño infantil.

Teníamos bastante con tres frases hechas
que habíamos aprendido de antiguos comediantes,
de historias de amor, sueños de poetas,
no sabíamos más, teníamos quince años…

Ella, quién sabe dónde está,
ella, quién sabe dónde se encuentra.
La perdí y nunca más
he vuelto a encontrarla.

Pero a menudo al anochecer
de lejos me llega una canción.
Viejas notas, viejos acordes,
viejas palabras de amor…

Palabras de amor, sencillas y tiernas,
no sabíamos más, teníamos quince años,
no habíamos tenido demasiado tiempo para aprenderlas,
recién despertábamos del sueño infantil.

Teníamos bastante con tres frases hechas
que habíamos aprendido de antiguos comediantes,
de historias de amor, sueños de poetas,
no sabíamos más, teníamos quince años…

Joan Manuel Serrat, Paraules d’amor (trad. Antonio Erena)

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Al fin, una pulmonía
mató a don Guido, y están
las campanas todo el día
doblando por él ¡din-dan!

Murió don Guido, un señor
de mozo muy jaranero,
muy galán y algo torero;
de viejo, gran rezador.

Dicen que tuvo un serrallo
este señor de Sevilla;
que era diestro
en manejar el caballo,
y un maestro
en refrescar manzanilla.

Cuando mermó su riqueza,
era su monomanía
pensar que pensar debía
en asentar la cabeza.

Y asentóla
de una manera española,
que fue casarse con una
doncella de gran fortuna;
y repintar sus blasones,
hablar de las tradiciones
de su casa,
a escándalos y amoríos
poner tasa,
sordina a sus desvaríos.

Gran pagano,
se hizo hermano
de una santa cofradía;
el Jueves Santo salía,
llevando un cirio en la mano
-¡aquel trueno!-,
vestido de nazareno.

Hoy nos dice la campana
que han de llevarse mañana
al buen don Guido, muy serio,
camino del cementerio.

Buen don Guido, ya eres ido
y para siempre jamás...
Alguien dirá: ¿Qué dejaste?
Yo pregunto: ¿Qué llevaste
al mundo donde hoy estás?

¿Tu amor a los alamares
y a las sedas y a los oros,
y a la sangre de los toros
y al humo de los altares?

Buen don Guido y equipaje,
¡buen viaje!...

El acá
y el allá,
caballero,
se ve en tu rostro marchito,
lo infinito:
cero, cero.

¡Oh las enjutas mejillas,
amarillas,
y los párpados de cera,
y la fina calavera
en la almohada del lecho!
¡Oh fin de una aristocracia!
La barba canosa y lacia
sobre el pecho;
metido en tosco sayal,
las yertas manos en cruz,
¡tan formal!,
el caballero andaluz.

Antonio Machado, Llanto de las virtudes y coplas
por la muerte de don Guido, Poesías completas, CXXXIII

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