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sábado, 26 de julio de 2025

Aniversarios 81

Antonio Machado (Sevilla, 26.07.1875 - Colliure, 22.02.1939) con su hermano Manuel (Sevilla, 29.08.1874 - Madrid, 19.01.1947), fuente: Pinterest
«Cronología de Antonio Machado», Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
 
Antonio Machado, «XCVII. Retrato», de Campos de Castilla (1907-1917), en Poesías Completas, Selecciones Austral, Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1975, págs. 136-37.

lunes, 16 de junio de 2025

martes, 3 de junio de 2025

Venatoria 9

Juan Manuel Varela Simó, Conejo común (Oryctolagus cuniculus, c. 1990-2010), Archivo del Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid

El primer censo del conejo de monte en la península Ibérica muestra una bajada generalizada del 18% con datos tomados entre 2009 y 2022, pero con importantes fluctuaciones dependiendo de las áreas. En las zonas forestales y en los montes la especie está en caída libre con una disminución del 57,75%, mientras que en las agrícolas esta cifra se reduce al 10%, pero con una tendencia al alza en los últimos años. Los cambios en los usos del suelo, con la desaparición del paisaje tradicional en mosaico, y las enfermedades son los factores que se vinculan al descenso de estas poblaciones. El trabajo, realizado dentro del proyecto europeo Life Iberconejo, incluye un mapa que muestra la densidad de población de estos animales. Una información que es “vital para la toma de decisiones partiendo del estado de la especie, clave en los paisajes mediterráneos", indican los autores del estudio.

Mapa que muestra la abundancia del conejo. Life Iberconejo

El conteo se ha realizado con los datos de capturas cinegéticas, además de con exploraciones de campo en Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal, los territorios participantes en el proyecto.

El mapa muestra esta doble cara del conejo de monte, sus fluctuaciones de un lugar a otro. Su densidad es alta principalmente en cuatro grandes zonas españolas asociadas a medios agrícolas —las mesetas sur y norte, y los valles del Ebro y Guadalquivir—. Allí se concentra el conflicto con la agricultura. “Son áreas en las que hay explosiones de conejos que provocan daños graves porque tienen comida y pocos depredadores, y los cazadores no dan abasto en algunas de ellas”, explica Ramón Pérez de Ayala, director del proyecto Life y miembro de la organización conservacionista WWF.

No ocurre lo mismo en las zonas con predominio del monte mediterráneo, como Sierra Morena, las sierras extremeñas o gran parte de Portugal, donde debería cumplir su papel ecológico como especie presa y donde su caza genera beneficios socioeconómicos. Allí el declive es acusado y evidencia la razón por la que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo ha catalogado en peligro de extinción. El mapa que refleja todos estos datos de abundancia, está elaborado con una resolución de 2 x 2 kilómetros en toda la península Ibérica, “alcanzando un nivel de detalle sin precedentes a escala nacional”, sostienen los autores.

Dieta favorita del lince y el águila imperial

La caída de este animal es muy relevante debido a su importancia ecológica y socioeconómica. Se le considera “un ingeniero de los ecosistemas”, señalan los autores del mapa, por su capacidad para modelar el entorno y ser presa de más de 40 especies de mamíferos y aves en el monte mediterráneo. El lince y el águila imperial dependen por completo de esta especie, y es muy importante para el buitre negro o el águila perdicera. A ellos se unen múltiples depredadores: desde el zorro, hasta serpientes que se comen a los gazapos, pasando por el jabalí que puede acabar con todas las crías de una madriguera en sus primeras semanas de vida.

Para elaborar el mapa de distribución de la especie, investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC - CSIC, UCLM, JCCM) han desarrollado un modelo matemático que integra diversas fuentes de datos: la situación poblacional a gran escala —las estadísticas cinegéticas de animales cazados—, datos a escala regional y local — conteos de conejos o de indicios de su presencia sobre el terreno, respectivamente —, e información sobre las características del hábitat.

El trabajo ha partido de un acuerdo entre todos los agentes implicados en la gestión de la especie, incluido el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y el Instituto de Conservação da Natureza e das Florestas (ICNF) de Portugal. Esta colaboración, que también incluyó a entidades científicas, conservacionistas, cinegéticas y agrarias, ha permitido estandarizar las metodologías de seguimiento del conejo de monte y coordinar la recogida de datos en el territorio, puntualizan desde el proyecto. Solo de esta forma se pueden obtener “resultados fiables y comparables a escala ibérica”, concretan.

“Los montes españoles pierden el 60% de los conejos”, Esther Sánchez, El País, 02.06.25

lunes, 2 de junio de 2025

Parecidos razonables 39 - Profesiones 4 (fontanera)

Leire Díez, junto a un hombre no identificado, en mayo de 2022, foto: A. Pérez Meca
Joan Cusack como Debbie y Christopher Lloyd como Fétido en La familia Addams. La tradición continúa (Barry Sonnenfeld, 1993)

martes, 29 de abril de 2025

Sin palabras 9

Folleto en la iglesia Prioral de El Puerto de Santa María, foto: Antonio Erena, 09.04.25
Evitar desplazamientos innecesarios, pidieron las autoridades. Así que muchos decidimos dejar el coche en el trabajo y regresar a casa caminando. Esta es la crónica del camino de vuelta a casa en la tarde del apagón masivo. A las 18 horas, la calle de Alcalá a la altura de la Quinta de los Molinos lucía con sol y un ambiente extraño, como de cierta irrealidad. Es la calle más larga de Madrid, con 10,5 kilómetros de extensión. Este paseo, algo más corto, de 7,5 kilómetros, estaba lleno de gente que comentaba el tema del día con más o menos gracia.

-Ha sido un ataque cibernético- dice una señora mayor.

-Sí, sí, hablan de Alemania, Holanda, Bélgica… ¡todo el mundo!- le contesta un chico

-¡Que no, que ha sido solo en España y Portugal!- tercia otro

En una óptica, tres personas tratan de cerrar la puerta automática.

Lo logran. Alegría.

-Pero ahora a ver cómo hacemos para que salgas tú- dice una chica.

Y el que se ha quedado dentro deja de reírse.

-¿Mañana hay colegio?- pregunta una niña de uniforme.

Dos policías a caballo y un coche custodian una ambulancia parada al lado de un camión. Puede que se trate de una incidencia normal, pero la gente la mira con el apagón en mente.

Todos los bancos del camino están ocupados. Y cada banco es una tertulia. El tema es libre.

-¿Tú crees que he echado barriga?-, le dice un hombre a una mujer mientras se sube la camiseta.

-Un poco sí-, dice ella.

La policía regula el tráfico en los grandes cruces. En las calles más pequeñas, rige una especie de acuerdo tácito entre conductores y peatones.

La báscula no funciona en la frutería:

-¿Cuánto me das por esto?-, pregunta el tendero.

(Esto son dos kiwis, cuatro tomates y dos naranjas)

-Yo qué sé-, contesta la chica.

-Bueno, yo sé lo que es, pero es por saber cuánto pagarías-.

-Lo tengo fácil, porque solo tengo cinco euros-.

-Pues venga, dame cinco euros-.

Llegando a Ventas, pasa un camión de la UME.

La M-30 está colapsada en un sentido.

Dos chicas se abrazan. Una le ha dado una rosa a la otra.

-¿Cómo está el centro?-, le pregunta un chico a un taxista.

-Pues hay calles que parecen domingo y otras, Navidad-.

El abrazo de las dos chicas de la rosa todavía dura.

-Al parecer está volviendo la luz por el norte y por el sur, porque nos la están dando Francia y Marruecos-, informa un chico a sus compañeros de marquesina de autobús.

Una pareja hace recuento en tono tranquilizador:

-Tenemos dos latas, huevos, patatas, cebollas…

Una chica pregunta a otra:

-¿Tú sabes lo que funciona y lo que no en un apagón?

Algunos bares han cerrado. Otros ofrecen servicio a través de una ventana. Hay gente en las terrazas.

-Papá, esta linterna funciona girándola, dice una chica a las puertas de una tienda.

-Vale, contesta él.

-¿Habrá misa hoy?-, pregunta una señora a un joven cerca de la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga.

-Seguro que sí, pero falta todavía media hora-, le contesta.

En la plaza de Manuel Becerra, centenares de personas hacen cola para coger el autobús. Las filas serpentean para no cruzarse con otras ni consigo mismas.

-¿Por qué tenemos que ir a ver a la abuela si hay apagón?-, pregunta una niña.

-Porque la abuela no es eléctrica-, le contesta su madre, provocando la risa de las personas que la rodean.

Una señora recapitula lo sucedido durante la mañana:

-El fogonazo fue a las doce y media-, les dice a dos señores.

En ese instante, un hombre con maleta pregunta a la señora:

-¿Para llegar a la estación de Méndez Álvaro?

-Ay, madre…-, le sale a ella del alma, y se pone a explicarle en un tono de compasión.

Un hombre en un banco lee Nexus, de Harari.

-Joder, y tú y yo ahora hasta Legazpi- le dice un amigo a otro.

La entrada principal de El Corte Inglés de Goya está repleta de gente.

-Esto debe ser un lugar de quedada o algo- dice un señor.

-Yo creo que es porque hay sombra-, le responde su amigo.

Cada sirena de policía o de ambulancia detiene el tiempo. La gente las sigue mientras permanecen en su campo visual.

-¡Y encima mañana hay examen!-, exclama una niña en lo que parece ser el peor día de su vida.

Una pareja mira el escaparate de un concesionario de motos.

-Igual nos venía bien una para días como hoy-, le dice ella a él.

En el entorno del Retiro, empiezan a aparecer otros idiomas. También corredores que van al parque.

-Oiga, vaya usted por la acera, por favor, que no hay luz, pero sí normas, le dice un policía local a un ciudadano despistado.

Pasada la plaza de Cibeles, un adolescente saca el móvil y consigue llamar a su padre.

-¡Papá, hemos salido a dar un paseo por Madrid y justo ha vuelto la luz!-, le dice con gran alegría.

-Creemos que ha vuelto-, le matiza la madre.

-Lo que han vuelto seguro son los datos-, añade el adolescente, que no quiere rebajar su emoción.

Más de 50 personas hacen cola ante un cajero automático.

Suenan algunos mensajes. Una chica grita de alegría cuando ve que tiene señal en el teléfono.

-Oye, que Inés va a dormir en casa. Que no hay trenes a Valladolid-, le explica a su interlocutor.

Llegando al kilómetro cero, dos chicos de unos 40 años filosofan:

-Si lo piensas, España es un país de la hostia. Con todo el lío que hay, y la gente tomando cañas-, reflexiona uno.

-Y encima el jueves es fiesta-, añade el otro.

Pedro Zuazua, «Oído durante un paseo de 7,5 kilómetros, de la oscuridad a la luz, la tarde del apagón: “España es un país de la hostia”. Una caminata de vuelta a casa por la calle de Alcalá, la más larga de Madrid, con comentarios de todo tipo», El País, 29.04.25.

lunes, 28 de abril de 2025

Sin palabras 8

Cena romántica, foto: Antonio Erena, 28.04.25
Sopla el viento y los gatos pasan la tarde apostados en las ventanas. Quiero que llueva y haya guíscanos, aunque luego no los encuentre: disponer de un motivo para salir a la montaña cuando me falte la voluntad. También quiero que se achiquen los días: una preferencia que me persigue desde pequeño y que creí que me abandonaría cuando vine a vivir a la sierra. Lo que no quiero son sobresaltos: si justo en este momento Aladino me dijera "pide un deseo", elegiría un invierno tranquilo, que me permitiera franquearlo a la par de la lumbre, sin más quehacer que estar al cuidado de la panocha. En realidad, si lo pienso y dejo asomar al dictador que todos llevamos dentro, me decantaría por un apagón generalizado, que nos obligara a interactuar con los que tenemos cerca; devolverle al boca a boca la propiedad y el tiempo que ahora les prestamos a cualquier majadero o majadera que se sitúa a cientos de kilómetros de nosotros. Porque es cierto que, en la actualidad, las vías de comunicación artificial —sin besos, abrazos y demás milagros carnales— rozan el infinito y nos valen a veces para hacer amigos en Katmandú, Madagascar o en el cabo de Buena Esperanza, pero también lo es que en otras ocasiones nos reportan interlocutores con los que jamás compartiríamos una cerveza en un bar, y que resuelven una red social en una estúpida telaraña.

Andrés Ortiz Tafur, "Telaraña social", en De los últimos deseos, Sílex, 2021, p. 113.

lunes, 3 de marzo de 2025

martes, 19 de noviembre de 2024

Otoño 8

Tréboles (Oxalis corniculata L.), foto: Antonio Erena, 15.11.24
Así que habrá que retirarse a la trastienda, apagar la radio, apagar el televisor, o dejar a las niñas que vean sus dibujos, acogerse al silencio, salir al campo en la mañana de noviembre, examinar con sosiego de botánico los vuelos de los últimos abejorros sobre las corolas desbaratadas y carnales de las últimas dalias, leerles un cuento a las niñas, o asistirlas en su propia lectura paciente, leer a Montaigne, o a su pariente espiritual Miguel de Cervantes, mandar dinero a la Cruz Roja de Valencia; y también dejar la trastienda y salir a manifestarse por el aire limpio, la vivienda digna, las ciudades no colonizadas por especuladores ni turistas, la educación pública crítica y humanista para todos, la sanidad universal a salvo de los mercaderes, el mundo habitable y justo en el que ojalá vivan esas niñas cuando sean mujeres adultas y nosotros ya no estemos.

Antonio Muñoz Molina, «Tareas de trastienda» (fragmento), El País, 16.11.24