Así venido el señor condestable a la villa de Bailén,
como dicho es, acordó de ir a cumplir un voto que había hecho a Nuestra Señora
Santa María de Guadalupe, y partió para ella a cinco días del mes de diciembre
del dicho año, y llevó consigo a la señora condesa, su esposa, y a doña Guiomar
Carrillo, su madre [de su mujer], y a doña Juana, su hermana, y a todos los
suyos, y tomó la vía del puerto del Muradal, y continuaron su camino habiendo
muchos deportes y placeres, hasta que llegó a una villa que se llamaba Herrera
[del Duque], y allí vino el señor Gonzalo Mexía, señor de Santofimia, tío de la
señora condesa, y la señora, su mujer, y sus hijos. Y otro día siguiente
partieron todos para la dicha Señora de Guadalupe, y fueron a comer a Santa
Cecilia [el palacio o granja de Valdefuentes], una casa muy devota suya, y esa
noche el señor condestable, con aquellos señores y señoras, entró en Guadalupe
a dos horas de la noche, con muchas antorchas encendidas, y el señor
condestable fue a descabalgar a la iglesia mayor, do estuvo ciertos días que no
salió del monasterio, cumpliendo su devoción, y asimismo los otros señores y
señoras cumpliendo sus votos, cada uno según lo que en cargo tenían; y después
de haber cumplido sus devociones, el señor condestable tuvo allí en Guadalupe
las fiestas de Navidad y la fiesta de los Reyes.
Venidas las fiestas de la Natividad de Nuestro Señor
Jesucristo de mil y cuatrocientos y sesenta años, el señor condestable, estando
en la dicha villa de Guadalupe, habiendo muchos placeres y haciendo muchas
limosnas y muchas dádivas a unos y a otros, acaeció de venir por allí un
embajador del rey de Francia, que se decía mosén Juan de Fox, el cual era un
muy gentil caballero, mancebo de muy gentil presencia, y había venido por
embajador al rey, nuestro señor. Y asimismo había traído cartas al señor rey de
Portugal, y al señor condestable, y por esta causa vino a Guadalupe. Y el señor
condestable le hizo muy grandes fiestas de combates [convites] y salas, y
danzaron y bailaron, y el dicho caballero danzó con la señora doña Juana,
hermana del dicho señor condestable, que era muy gentil dama y lo sabía bien
hacer. Y después que el dicho embajador allí estuvo algunos días, dijo que,
pues tan cerca se hallaba, era su voluntad ir a ver las ciudades de Sevilla y Córdoba,
y el señor condestable le rogó que a la vuelta se volviese por la villa de
Bailén, donde lo hallaría, y que allí le responderla a las cartas que le había
traído, y el caballero dijo que le placía de lo hacer así y partiose.
Pasadas las dichas fiestas de los Reyes, el señor condestable, con las ya dichas señoras y asimismo el dicho señor Gonzalo Mexía,
y su mujer y sus hijos, partieron de Guadalupe, y el señor condestable fue a la
dicha villa de Bailén, y el señor Gonzalo Mexía para Santofimia.
«Relacion
de los fechos del mui magnifico é mas virtuoso señor el señor don Miguel
Lucas, mui digno condestable de Castilla», ed. Pascual de Gayangos, en Memorial Histórico Español, Academia de
la Historia, Madrid, 1855, años 1459 y 1460 (fragmentos), actualización:
Antonio Erena.
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