de amor y de
doncellez,
así cantaba la
Virgen
en el portal de
Belén:
«¡Ay, mi Jesús
adorado!
¡Ay, mi niño de
Israel!
Qué linda y
graciosa está
tu exquisita
desnudez
entre mi rubor
de madre
y el asombro de
José.
»Si hace frío, es
porque el frío
te ha querido
conocer;
si hace luna, es
que la luna
viene tu belleza
a ver.
Y verás como los
hombres
nos querrán
luego tener
hechos figuras
de barro
a ti, a mí y a
José,
para que sus
hijos vean
lo que pasó aquí
en Belén.
»Duérmete ya,
niño mío,
cierra tus ojos,
mi bien,
que yo rogaré al
ruido
que se calle, y
le diré
a la luna que no
brille,
y a la brisa
pediré
que se duerman
las palmeras,
y hasta en mi
pecho ahogaré
este gozo con
que salta
mi corazón de
mujer».
José Mª Gallo
Moya, Luna y frío (La canción de María), letra para el villancico con música de Eloy Bares Vizcaíno
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