José Moreno Carbonero, El festín de Sancho Panza en la ínsula Barataria |
¡Viva el despelote!, Pepe Nevado
Don Quijote, Segunda Parte, Cap. XXXVIII, " Donde se cuenta la que dio de su
mala andanza la dueña Dolorida" (fragmento)
Detrás de los tristes músicos
comenzaron a entrar por el jardín adelante hasta cantidad de doce dueñas,
repartidas en dos hileras, todas vestidas de unos monjiles anchos, al parecer
de anascote batanado, con unas tocas blancas de delgado canequí, tan luengas,
que solo el ribete del monjil descubrían. Tras ellas venía la condesa Trifaldi,
a quien traía de la mano el escudero Trifaldín de la Blanca Barba , vestida
de finísima y negra bayeta por frisar, que a venir frisada descubriera cada
grano del grandor de un garbanzo de los buenos de Martos.
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