Bar de copas Carajo, calle de la Ballesta, 15, Madrid, donde vivió Rosalía de Castro de 1856 a 1858 cuando publicó su primera obra, La flor Foto: Antonio Erena, 30.04.18 |
Las horas que soñé
desparecieron,
cual la flor que un
torrente arrebató;
y allá en la nada del
no ser se hundieron...
¡Que mi espíritu aquí
no las halló!...
Tal vez ellas también
se arrepintieron
de brindarme el
placer que me halagó:
Y huyeron, ¡ay!, a
una región lejana
que dice sin cesar:
¡ya no hay mañana!...
Rosalía de Castro, estrofa
de Fragmentos,
de su libro La flor.
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