lunes, 27 de septiembre de 2021

Miradas 18

Mishi en la escalera de caracol
Foto: Antonio Erena (09.21)

Les Chats

Les amoureux fervents et les savants austères
Aiment également, dans leur mûre saison,
Les chats puissants et doux, orgueil de la maison,
Qui comme eux sont frileux et comme eux sédentaires.
 
Amis de la science et de la volupté
Ils cherchent le silence et l'horreur des ténèbres;
L'Erèbe les eût pris pour ses coursiers funèbres,
S'ils pouvaient au servage incliner leur fierté.
 
Ils prennent en songeant les nobles attitudes
Des grands sphinx allongés au fond des solitudes,
Qui semblent s'endormir dans un rêve sans fin;
 
Leurs reins féconds sont pleins d'étincelles magiques,
Et des parcelles d'or, ainsi qu'un sable fin,
Etoilent vaguement leurs prunelles mystiques.
 
Los gatos
 
Los amantes fervientes y los austeros sabios,
adoran por igual, en la estación senecta,
los dulces, recios gatos, orgullo de la casa,
friolentos como ellos, como ellos, sedentarios.
 
Amigos de la ciencia y la voluptuosidad,
prefieren el silencio y el horror de las tinieblas;
si su fiereza fuera domable a servidumbre,
los fúnebres corceles serían del Erebo.
 
Adoptan, pensativos, las nobles actitudes
de las grandes esfinges que esconden los desiertos,
entregadas a un sueño que finge ser eterno.
 
Sus lomos fecundantes de mágicos destellos
se llenan, y el oro, como una fina arena
sus místicas pupilas en átomos constela.
 
Baudelaire, Las flores del mal, «Los gatos»
(fuente: https://lyricstranslate.com/es/les-chats-los-gatos.html)

sábado, 25 de septiembre de 2021

Fotogramas 135 - Obituarios 45

Fortunata y Jacinta (serie de televisión), Mario Camus (1980)

Fortunata y Jacinta, serie completa en la web de Rtve

¿Y por qué le llamaba todo el mundo y le llama todavía casi unánimemente Juanito Santa Cruz? Esto sí que no lo sé. Hay en Madrid muchos casos de esta aplicación del diminutivo o de la fórmula familiar del nombre, aun tratándose de personas que han entrado en la madurez de la vida. Hasta hace pocos años, al autor cien veces ilustre de Pepita Jiménez, le llamaban sus amigos y los que no lo eran, Juanito Valera. En la sociedad madrileña, la más amena del mundo porque ha sabido combinar la cortesía con la confianza, hay algunos Pepes, Manolitos y Pacos que, aun después de haber conquistado la celebridad por diferentes conceptos, continúan nombrados con esta familiaridad democrática que demuestra la llaneza castiza del carácter español. El origen de esto habrá que buscarlo quizá en ternuras domésticas o en hábitos de servidumbre que trascienden sin saber cómo a la vida social. En algunas personas, puede relacionarse el diminutivo con el sino. Hay efectivamente Manueles que nacieron predestinados para ser Manolos toda su vida. Sea lo que quiera, al venturoso hijo de D. Baldomero Santa Cruz y de doña Bárbara Arnaiz le llamaban Juanito, y Juanito le dicen y le dirán quizá hasta que las canas de él y la muerte de los que le conocieron niño vayan alterando poco a poco la campechana costumbre.

Benito Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta, Parte Primera, I - Juanito Santa Cruz, I (fragmento)

jueves, 23 de septiembre de 2021

Establecimientos 18

Bar Cutxi, calle de Valverde, 9, Madrid
Foto: Antonio Erena (6.09.21)

   A cualquier hora, la calle de Valverde parece de provincia. No que no sea madrileña —lo es como la primera—, pero entre la bullanguería de la de Fuencarral, la algarabía de la Corredera, el tráfico de la Gran Vía, da la impresión, a los pocos que por ella transitan, de un regreso a tiempos pasados; vuelta atrás, como si, todavía, en vez de la avenida de Pi y Margall y de la de Eduardo Dato que empieza a continuarla, la Gran Vía fuera aún la calle del Desengaño.
   En cien metros se retrocede cien años. Todo callado, serio, gris, blanco, negro, las sombras más acusadas. Las luces municipales no pasan todavía, ahora, en 1926, de los faroles de gas, adosados, de trecho en trecho, a las paredes de las casas quintañonas de las que sobresalen las oscuras vigas de los aleros cortos. El silencio es grato.

Max Aub, La calle de Valverde (novela)

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Fulgor

Nave, reja y capilla de la Virgen de la Capilla, iglesia de San Ildefonso, Jaén, foto: Antonio Erena, 21.09.21
Bendita sea la hora en que María Santísima
descendió del cielo a la ciudad de Jaén
para socorrer a nuestros mayores.
Por siempre sea bendita y alabada.
Virgen Santísima de la Capilla,
rogad por nosotros.

martes, 14 de septiembre de 2021

Aniversarios 46 - 14 de septiembre


Francisco de Quevedo (14.09.1580​ - 8.09.1645)
Retrato por Francisco Pacheco en El libro de descripción de verdaderos retratos, 
ilustres  y memorables varones, ed. fasc. de R. Tarasco, Sevilla, 1881-1884
(lit de. Enrique Utrera). Fuente: Cervantes Virtual (página web)

Atlante, que en la Cruz sustentas cielo,
Hércules que descansas sumo Atlante,
alivia con tu fuerza el tierno amante
que, humilde, mide con la boca el suelo.
 
Mas no le des ayuda, que recelo
que das prisa a su muerte vigilante;
mas dásela, Simón, que es importante
para la Redención de todo el suelo.
 
Pero si con tus brazos se aligera
la carga, con tu culpa, del manzano,
también añades peso a su madera.
 
Llevar parte del leño soberano
es a la Redención, que los espera,
llevarte tus pecados con tu mano.

Francisco de Quevedo, Soneto XXV, A Simón Cirineo, considerando, que en ayudar a Cristo, se ayudaba a sí

jueves, 9 de septiembre de 2021

martes, 7 de septiembre de 2021

Alta velocidad

 

Llegando a Ciudad Real
Foto: Antonio Erena (7.09.21)

   Marcha el tren tan seguido, tan seguido,
como aquel que patina por el hielo;
y en confusión extraña,
parecen confundidos tierra y cielo,
una mezcla de sueño y de montaña,
pues cruza de horizonte en horizonte
por la cumbre y el llano,
ya la cresta granítica de un monte,
ya la elástica turba de un pantano;
ya entrando por el hueco
de algún túnel que horada las montañas,
a cada horrible grito
que lanzando va el tren, responde el eco,
y hace vibrar los muros de granito,
estremeciendo al mundo en sus entrañas:
y dejando aquí un pozo, allí una sierra,
nubes arriba, movimiento abajo,
en laberinto tal cuesta trabajo
creer en la existencia de la tierra.
 
Ramón de Campoamor, El tren expreso, Canto segundo, El día, VI

lunes, 6 de septiembre de 2021

Aniversarios 45

 

Carmen Laforet (6.09.1921-28.02.2004)
Fuente: Materiales de Lengua y Literatura (página web)


En toda aquella escena había algo angustioso, y en el piso un calor sofocante como si el aire estuviera estancado y podrido. Al levantar los ojos vi que habían aparecido varias mujeres fantasmales. Casi sentí erizarse mi piel al vislumbrar a una de ellas, vestida con un traje negro que tenía trazas de camisón de dormir. Todo en aquella mujer parecía horrible y desastrado, hasta la verdosa dentadura que me sonreía. La seguía un perro, que bostezaba ruidosamente, negro también el animal, como una prolongación de su luto. Luego me dijeron que era la criada, pero nunca otra criatura me ha producido impresión más desagradable.
Detrás de tío Juan había aparecido otra mujer, flaca y joven con los cabellos revueltos, rojizos, sobre la aguda cara blanca y una languidez de sábana colgada, que aumentaba la penosa sensación del conjunto.
Yo estaba aún sintiendo la cabeza de la abuela sobre mi hombro, apretada por su abrazo y todas aquellas figuras me parecían igualmente alargadas y sombrías. Alargadas quietas y tristes, como luces de un velatorio de pueblo.

Carmen Laforet, Nada, Primera Parte, I (fragmento), ed. Destino, 2021

domingo, 5 de septiembre de 2021

¡Hemos vuelto!

Chapuzón
Foto: Antonio Erena (4.09.21)

El verano en la ciudad es como una gran pausa de la que sólo disfrutamos quienes nos quedamos aquí. Medio Madrid sale huyendo de las aglomeraciones, de la prisa, del ruido y del humo, y no sabe toda esa gente que con su huida está creando el ansiado vacío, esa buscada paz que tampoco encontrarán en otro sitio, porque en ese otro sitio van a encontrarse otra vez los mismos. Claro que el turismo y todo eso que los periódicos llaman «población flotante», sigue entorpeciendo la buena marcha de la ciudad, pero, de todos modos, se crean en los cines, en las piscinas, en algunas calles, unos gratos e inesperados espacios vacíos adonde a uno le gusta quedarse largo rato, toda una mañana o toda una tarde, rascándose las imaginarias pulgas que siempre andan por el cuerpo subiendo y bajando, entrando y saliendo...


Francisco Umbral, Travesía de Madrid (fragmento), ed. Orbis, 1984