sábado, 31 de diciembre de 2022

Fotogramas 159

Días de radio (Radio Days), Woody Allen, 1987
Días de radio, escena final en la Nochevieja de 1943 (en español)

.—Another year is passing.

ROGER.—I hope 1944 turns out well.

IRENE.—They pass so quickly. Where do they all go?

BIFF BAXTER.—So quickly. Then we get old. And we never knew what any of it was about.

ROGER.—That's right.

MASKED AVENGER.—I wonder if future generations will ever even hear about us. It's not likely. After enough time, everything passes. I don't care how big we are or how important are our lives.

--------------------------------------------------------

.—Otro año que se acaba.

ROGER.—Ojalá el 44 se porte…

IRENE.—Espero que así sea. ¡Cómo pasa el tiempo!

BIFF BAXTER .—Sí, y qué deprisa envejecemos. No pensamos que no hemos entendido nada.

ROGER.—Es cierto.

EL VENGADOR ENMASCARADO.Me pregunto si las futuras generaciones sabrán quiénes éramos. Me parece que no. Con el paso del tiempo, todo se olvida. Es igual lo grandes o importantes que hayamos sido en sus vidas.

Woody Allen, Días de radio, escena final, guión original y doblaje al español.

lunes, 26 de diciembre de 2022

domingo, 25 de diciembre de 2022

Navidad 2022

Llena de luna y de frío,
de amor y de doncellez,
así cantaba la Virgen
en el portal de Belén:

«¡Ay, mi Jesús adorado!
¡Ay, mi niño de Israel!
Qué linda y graciosa está
tu exquisita desnudez
entre mi rubor de madre
y el asombro de José.

»Si hace frío, es porque el frío
te ha querido conocer;
si hace luna, es que la luna
viene tu belleza a ver.
Y verás como los hombres
nos querrán luego tener
hechos figuras de barro
a ti, a mí y a José,
para que sus hijos vean
lo que pasó aquí en Belén.

»Duérmete ya, niño mío,
cierra tus ojos, mi bien,
que yo rogaré al ruido
que se calle, y le diré
a la luna que no brille,
y a la brisa pediré
que se duerman las palmeras,
y hasta en mi pecho ahogaré
este gozo con que salta
mi corazón de mujer».
 
José Mª Gallo Moya, Luna y frío (La canción de María),
letra para el villancico con música de Eloy Bares Vizcaíno

sábado, 24 de diciembre de 2022

Nochebuena 2022

Mattia Preti, La adoración de los pastores (1675 - 1680), Walker Art Gallery, Liverpool
Niño mío, niño mío,
escápate del portal
y vente al corazón mío,
que en él te quiero guardar
para que no tengas frío.
 
Está todo el aire lleno
de los cristales del frío,
desde el ruedo de la luna
hasta los juncos del río.

La helada ha puesto un reflejo
de estrellas en el camino,
y los ángeles relucen
llenos de escarcha el vestido.

Tiene el niño, tiritando,
el cuerpo tan moradito
que en el pesebre parece
un montoncillo de lirios.
 
Niño mío, niño mío,
escápate del portal
y vente al corazón mío,
que en él te quiero guardar
para que no tengas frío.
 
Como un lobo blanco, el viento
entra aullando por los pinos,
y hay un temblor emplumado
en el fondo de los nidos.

José y María, en el portal,
tiemblan empalidecidos,
ella como una azucena
y José como un jacinto.

Cuando lleguen los pastores
no tendrán que encender chisco
porque serán sus amores
los que calienten al niño.

Niño mío, niño mío,
escápate del portal
y vente al corazón mío,
que en él te quiero guardar
para que no tengas frío.

José María Gallo Moya, Villancico del frío (Niño mío), 
letra para el villancico con música de Eloy Bares Vizcaíno

jueves, 22 de diciembre de 2022

Brumas 8

Un buitre leonado (Gyps fulvus) sobrevuela Torredonjimeno
Foto: Antonio Erena, 21.12.22
Este buitre voraz de ceño torvo
que me devora las entrañas fiero
y es mi único constante compañero
labra mis penas con su pico corvo.

El día en que le toque el postrer sorbo
apurar de mi negra sangre, quiero
que me dejéis con él solo y señero
un momento, sin nadie como estorbo.

Pues quiero, triunfo haciendo mi agonía
mientras él mi último despojo traga,
sorprender en sus ojos la sombría

mirada al ver la suerte que le amaga
sin esta presa en que satisfacía
el hambre atroz que nunca se le apaga.

Miguel de Unamuno, «A mi buitre», Rosario de sonetos líricos, LXXXVI, ed. Fernando Fe, Madrid, 1911

miércoles, 21 de diciembre de 2022

Mondo brutto 21

Recibimiento en Buenos Aires a la selección argentina de fútbol tras su victoria en el Mundial de Qatar, foto: Luis Robayo, 20.12.22

martes, 20 de diciembre de 2022

jueves, 15 de diciembre de 2022

Parecidos razonables 28

Alonso Barba, portada del convento de Santa Catalina Mártir (vulgo Santo Domingo, 1582), Jaén Fuente: Portal de Archivos de Andalucía (página web)
Francisco de Mora, portada del convento de Santo Domingo (f. s. XVI), Valencia
Fuente: Wikimedia Commons

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Eolo

Eolo, seguidor de Rubens, p. s. XVII
Museo de Bellas Artes de Asturias (depósito del Museo del Prado)
Martin de Vos, El Aire, s. XVI, Museo del Prado

—Abuela, dime otro cuento.
—¿Y rezar…?
            —Luego, en cenando.
—Anda, empieza;  yo a la lumbre
voy a añadir estos palos
y estas támaras… ¡qué gozo!
Vamos, abuelita.
            —¡Vamos!
Creyeron en una peste
campestres y ciudadanos
que el aire estaba mal…
y no iban descaminados.
Sobre la Pandera, mientras,
sobre el Almodóvar y el Hacho,
se estaba una nube negra
cual si la hubieran clavado.
Se les mete en la cabeza
que de allí les viene el daño,
y se van en procesión
a esos vecinos peñascos
y a Dios le piden que sople,
con la fuerza de su agrado,
viento de salud, que libre
a la ciudad del contagio.
Tanto le dijeron: «Sopla
y sopla y sopla», que al cabo
Dios dijo: «¡Allá va eso!».
Y sopló con brío tanto
que bajaron más de ciento
por las quebradas rodando.
Y hubo «cardenales-papas»
y chichones como tarros.
Huyó la peste, y quedó
para que, de cuando en cuando,
tuerza en las torres las cruces,
eche las tejas abajo,
toque campanas a vuelo,
paraguas vuelva y harapos,
abra las puertas del centro
del hermoso Santuario,
lleve sombreros y gorras
hacia los países altos
y las miradas curiosas
hacia los «países bajos»,
derrumbe las casas viejas
y estrelle a algún ciudadano
un cefirillo con fuerza
de setenta mil caballos.
—¡Pues mejor era la peste!
—No digas eso, muchacho;
Dios sólo del bien y del mal
tiene el secreto sellado.
Quizás por el viento rudo
es este pueblo más sano,
y es el precursor del agua
que fertiliza los campos.
 
Antonio Almendros Aguilar, 
«El viento», de Flor de la Infancia, 1868

martes, 13 de diciembre de 2022

Pasajes 6

Galería Rey Fernando III, Baeza, foto: Carmen Aguayo (6.12.22)
Parecidos razonables 7 (anterior entrada del blog)

Del pasado efímero

Este hombre del casino provinciano,
que vio a Carancha recibir un día,
tiene mustia la tez, el pelo cano,
ojos velados por melancolía;
bajo el bigote gris, labios de hastío
y una triste expresión, que no es tristeza,
sino algo más y menos: el vacío
del mundo en la oquedad de su cabeza.
Aún luce de corinto terciopelo
chaqueta y pantalón abotinado,
y un cordobés color de caramelo,
pulido y torneado.
Tres veces heredó; tres ha perdido
al monte su caudal; dos ha enviudado.
Solo se anima ante el azar prohibido,
sobre el verde tapete reclinado,
o al evocar la tarde de un torero,
la suerte de un tahúr, o si alguien cuenta
la hazaña de un gallardo bandolero
o la proeza de un matón, sangrienta.
Bosteza de política banales
dicterios al gobierno reaccionario,
y augura que vendrán los liberales,
cual torna la cigüeña al campanario.
Un poco labrador, del cielo aguarda
y al cielo teme; alguna vez suspira
pensando en su olivar, y al cielo mira
con ojo inquieto si la lluvia tarda.
Lo demás, taciturno, hipocondriaco,
prisionero en la Arcadia del presente,
le aburre; solo el humo del tabaco
simula algunas sombras en su frente.
Este hombre no es de ayer ni es de mañana,
sino de nunca; de la cepa hispana
no es el fruto maduro ni podrido,
es una fruta vana
de aquella España que pasó y no ha sido,
esa que hoy tiene la cabeza cana.

Antonio Machado, «Del pasado efímero», Campos de Castilla (1917), (en Poesías completas, Madrid, Espasa-Calpe, 1936)

jueves, 8 de diciembre de 2022

jueves, 1 de diciembre de 2022

Gastromanía 37

Granadas, caquis y nueces
Foto: Antonio Erena (30.11.22)
Tu corazón, una naranja helada
con un dentro sin luz de dulce miera
y una porosa vista de oro: un fuera
venturas prometiendo a la mirada.
 
Mi corazón, una febril granada
de agrupado rubor y abierta cera,
que sus tiernos collares te ofreciera
con una obstinación enamorada.
 
¡Ay, qué acometimiento de quebranto
ir a tu corazón y hallar un hielo
de irreductible y pavorosa nieve!
 
Por los alrededores de mi llanto
un pañuelo sediento va de vuelo
con la esperanza de que en él lo abreve.
 
Miguel Hernández, «Tu corazón, una naranja helada»
de El rayo que no cesa (1936)