viernes, 29 de marzo de 2019

Cuarto Viernes de Cuaresma 2019

José Ginés, Virgen de la Soledad, Cofradía del Stmo. Sacramento y Ntra. Sra. de la Soledad, Arganda del Rey
Fuente; www.lavirgendeluto.com, página de Eduardo Fernández Merino

jueves, 21 de marzo de 2019

Primavera 3

Álbum de aves (Colección de 96 autoadhesivos), Panrico, 1972, página 3
Lugete, o Veneres Cupidinesque,
et quantum est hominum venustiorum!
passer mortuus est meae puellae,
passer, deliciae meae puellae,
quem plus illa oculis suis amabat:
nam mellitus erat suamque norat
ipsam tam bene quam puella matrem,
nec sese a gremio illius movebat,
sed circumsiliens modo huc modo illuc
ad solam dominam usque pipiabat.
qui nunc it per iter tenebricosum,
unde negant redire quemquam.
At vobis male sit, malae tenebrae
Orci, quae omnia bella devoratis:
tam bellum mihi passerem abstulistis.
o factum male, o miselle passer,
tua nunc opera meae puellae
flendo turgiduli rubent ocelli!

¡Llorad, oh Venus y Cupidos,
y todos cuantos seáis hombres sensibles!
El gorrión de mi amada ha muerto,
gorrión, delicias de mi amada,
al que ella amaba más que a sus ojos,
pues era dulce como la miel y la conocía
tan bien como una niña a su madre,
y de su regazo no se apartaba
sino que, dando saltitos de un lado a otro,
a su única señora constantemente piaba.
Y este ahora va por un camino tenebroso
hacía allí de donde niegan que regrese alguien.
Y que vosotras seáis malditas, malvadas tinieblas
del Orco, que devoráis todas las cosas bellas:
tan bello gorrión me quitasteis.
¡Oh desdicha, oh pobrecito gorrión!
¡Por tu causa ahora se enrojecen,
hinchados de llorar, los ojitos de mi amada!

Catulo, Carmine, 3 (trad. Lía Galán) 

viernes, 15 de marzo de 2019

lunes, 11 de marzo de 2019

Ayer y hoy 24 - Tipologías 2

Torredonjimeno, Plaza de Santa María (hoy de los Dolores), c. 1946,
en el edificio el cartel Frente de Juventudes Hogar Rural
Foto: Flores (C/ Salido, 22, Jaén)
Torredonjimeno, Plaza de los Dolores
Foto: Antonio Erena (27.01.19)

jueves, 7 de marzo de 2019

Gastromanía 27

Alcachofa (Cynara scolymus)
ilustración por Carl Ulke (18.09.1860)
La alcachofa 
de tierno corazón 
se vistió de guerrero, 
erecta, construyó 
una pequeña cúpula, 
se mantuvo 
impermeable 
bajo 
sus escamas, 
a su lado 
los vegetales locos
se encresparon, 
se hicieron 
zarcillos, espadañas, 
bulbos conmovedores, 
en el subsuelo 
durmió la zanahoria 
de bigotes rojos, 
la viña 
resecó los sarmientos 
por donde sube el vino, 
la col 
se dedicó 
a probarse faldas, 
el orégano 
a perfumar el mundo, 
y la dulce 
alcachofa 
allí en el huerto, 
vestida de guerrero, 
bruñida 
como una granada, 
orgullosa, 
y un día 
una con otra 
en grandes cestos 
de mimbre, caminó 
por el mercado 
a realizar su sueño: 
la milicia. 

En hileras 
nunca fue tan marcial 
como en la feria, 
los hombres 
entre las legumbres 
con sus camisas blancas 
eran 
mariscales 
de las alcachofas, 
las filas apretadas, 
las voces de comando, 
y la detonación 
de una caja que cae, 
pero 
entonces 
viene 
María 
con su cesto, 
escoge 
una alcachofa, 
no le teme, 
la examina, la observa 
contra la luz como si fuera un huevo, 
la compra, 
la confunde 
en su bolsa 
con un par de zapatos, 
con un repollo y una 
botella 
de vinagre 
hasta 
que entrando a la cocina 
la sumerge en la olla. 

Así termina 
en paz 
esta carrera 
del vegetal armado 
que se llama alcachofa, 
luego 
escama por escama 
desvestimos 
la delicia 
y comemos 
la pacífica pasta 
de su corazón verde.

Pablo Neruda, «Oda a la alcachofa», de Odas elementales

miércoles, 6 de marzo de 2019

Miércoles de Ceniza

Niño Jesús orante, exposición Soledad Norte y Guía (425 años Hermandad Santo Entierro y Soledad)
iglesia de San Pedro, Priego de Córdoba, foto: Antonio Erena, 6.03.19

martes, 5 de marzo de 2019

Martes de Carnaval

Mariano José de Larra por Federico de Madrazo, 26.09.1834 (detalle)
Otras casas recorrimos, en todas el mismo cuadro: en ninguna nos admiró encontrar intrigas amorosas, madres burladas, chasqueados esposos o solícitos amantes. No soy de aquellos que echan de menos la acción en una buena cantatriz, o alaban la voz de un mal comediante, y por tanto no voy a buscar virtudes a las máscaras. Pero nunca llegué a comprender el afán que por asistir al baile había manifestado tantos días seguidos don Cleto, que hizo toda la noche de una silla cama y del estruendo arrullo; no entiendo todavía a don Jorge cuando dice que estuvo en la función, habiéndole visto desde que entró hasta que salió en derredor de una mesa en un verdadero ecarté. Toda la diferencia estaba en él con respecto a las demás noches, en ganar  o perder vestido de mamarracho. Ni me sé explicar de una manera satisfactoria la razón en que se fundan para creer ellos mismos que se divierten [en] un enjambre de máscaras que vi buscando siempre, y no encontrando jamás, sin hallar a quien embromar ni quien los embrome, que no bailan, que no hablan, que vagan errantes de sala en sala, como si de todas les echaran, imitando el vuelo de la mosca, que parece no tener nunca objeto determinado. ¿Es por ventura un apetito desordenado de hallarse donde se hallan todos, hijo de la pueril vanidad del hombre? ¿Es por aturdirse a sí mismos y creerse felices por espacio de una noche entera? ¿Es por dar a entender que también tienen un interés y una intriga? Algo nos inclinamos a creer lo último, cuando observamos que los más de éstos os dicen, si los habéis conocido: «¡Chitón! ¡Por Dios! No digáis nada a nadie». Seguidlos, y os convenceréis de que no tienen motivos ni para descubrirse ni para taparse. Andan, sudan, gastan, salen quebrantados del baile... nunca empero se les olvida salir los últimos, y decir al despedirse: «¿Mañana es el baile en Solís? Pues hasta mañana». «¿Pasado mañana es en San Bernardino? ¡Diez onzas diera por un billete!»

Mariano José de Larra. «El mundo todo es máscaras. Todo el año es carnaval», artículo publicado en El Pobrecito Hablador. Revista Satírica de Costumbres, n.º 12, marzo de 1833, bajo el seudónimo «El bachiller don Juan Pérez de Munguía» (fragmento).