viernes, 10 de abril de 2020

Viernes Santo 2020

Joaquín Romero Murube (primero a la derecha) en el traslado de la Virgen de la Soledad
a la parroquia de San Jerónimo (Sevilla, 28.01.1965), fuente: Pasión en Sevilla
Viernes Santo. El alma y el cuerpo están cansados de tanto esplendor. ¿Queda aún otro paso? Sí. Nuestra Señora de la Soledad. Es la última. Sale de San Lorenzo, del barrio más puro de Sevilla. Es una hermandad pobre, humilde. La Virgen va transida de dolor, del dolor de la soledad, el dolor más real y aparente de todos los dolores. En el ambiente está ya plasmado el tedio de la fiesta y la Soledad pasa un poco entre el dormitar de todos. Va casi sola en su dolor. Silencio, fin, agotamiento. Los hermanos de la Soledad lloramos está soledad en que camina nuestra Virgen. Las sillas se apilan informes, contra las aceras. No nos miran. Por entre la sombra y el silencio de las calles vamos con Nuestra Virgen de la Soledad en soledad. ¡Bendita sea!

Joaquín Romero Murube, «La Soledad», de Sevilla en los labios.

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