jueves, 13 de octubre de 2022

León

Remate del pasamanos de la escalera del coro, iglesia de Majones, Huesca
Foto: Concha Jiménez (08.08.20)
De la timidez natural a los hombres
 
¡A cuánto susto el cielo te condena,
oh género mortal, flaco y cuitado!
Se espantan unos en el mar salado
y tiemblan otros cuando Jove truena.
 
Otros si el eco del león resuena,
otros cuando el magnate está irritado,
otros cuando en la cárcel han pasado
días y noches tristes con cadena.
 
Yo solo discurrí no temblaría
al trueno, ni al león, ni al poderoso,
ni a la prisión, ni a todo el orbe entero.
 
Mas se engañó mi débil fantasía:
el rostro de mi Filis desdeñoso
me cubre de terror, temblando muero.
 
José Cadalso, «Sonetos de una gravedad inaguantable, excepto los finales de cada uno»,
en Ocios de mi juventud, Poesías líricas: en continuación de Los eruditos a la violeta,
Madrid, imprenta de Isidoro de Hernández Pacheco, 1781

No hay comentarios:

Publicar un comentario