Lápida romana de Cassia Montanilla, monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad, Torredonjimeno, foto: Antonio Erena, 06.11.24 |
CASSIAE. A. F. MONTANILLAE
COLONIA AVG. GEM.
DECRETO DECVRION.
[Sac.]
Esta Señor Cura, es la piedra que yá he dicho, que tenía reservada, para en
llegando este caso; porque con ella se cierra, y corona el edificio á toda
perfección, sirviendo en su frontispicio, ó fachada principal, como un Escudo
de Armas, que indica sus excelencias y sus más antiguos timbres: Pues se halla
en Torreximeno diciendo publicamente, que tuvo esta ilustre Villa, no menos que
la de Martos, los honores de Colonia,
con su renombre Augusta, y dictado de
Gemela: que es la prueba mas fuerte y
eficaz, que se puede apetecer, de que las dos hacian una en tiempo de los Romanos,
de lo que se originó el plural Tucci Tuccorum,
con que los mismos Romanos la nombraban en su lengua, y que quando le añadieron
la excelencia de Colonia, le dieron el dictado de Gemela, para expresar la hermandad con que hallaron las dos Villas,
en cuya atención hicieron la Colonia de las dos, aunque están algo distantes
materialmente entre sí, que es puntualmente todo el concepto de mi idéa: por lo
que yá me parece que la tengo concluida, y sin que le falte cosa de quantas el
arte pide, desde el cimiento al remate.
Cur. No hay duda que lo estaria con esa ultima piedra, que pretende ponerle por remate, si le hubiera hecho las informaciones de no ser advenediza, sino original y propria del mismo Torreximeno; o que se halló en sitio fixo, que quite toda sospecha de que pudo ser llevada del mismo pueblo de Martos, quando se fundó el convento. Lo que es muy verisimil sucediese; yá porque no era difícil, atenta la inmediación que tienen los dos pueblos entre sí; y yá por la certeza que tenemos de que la Villa de Martos obtuvo los honores de Colonia con los renombres de Augusta Gemela, que son los que se ven en dicha Lapida; por lo que es muy verosimil que la lleváran de ella. Si esto sucedió así, como es de sospechar que sucedió, queda descoronillada enteramente su Obra; pues se le cae esa piedra sin poderse tener en su lugar.
Fray Alejandro del Barco, Las colonias gemelas, Imprenta de Blas Román, Madrid, 1788, ed. facsímil, Gráficas la Paz, Torredonjimeno, 1982, págs. 223 y 224.
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