jueves, 21 de septiembre de 2017

Ashberiana

Pie del grabado: Field Notes, Baltimore Oriole 8/100 etching M. Terauds 2010
(Cuaderno de campo, oropéndola de Baltimore, aguafuerte nº 8/100, Marina Terauds, 2010)
Artículo de la página web de la New Hampshire Public Television dedicado a la oropéndola de Baltimore (se puede escuchar su canto)

What time the orioles came flying
Back to the homes, over the silvery dikes and seas, 
The sad spring melted at a leap, 
The shining clouds came over the hills to meet them.
The old house guards its memories, the birds
Stream over colored snow in summer
Or back into the magic rising sun in winter.
They cluster at the feeding station, and rags of song
Greet the neighbors. 'Was that your voice? '
And in spring the mad caroling continues long after daylight
As each builds his hanging nest
Of pliant twigs and the softest moss and grasses.
But one morning you get up and the vermillion-colored
Messenger is there, bigger than life at the window.
'I take my leave of you; now I fly away
To the sunny reeds and marshes of my winter home.'
And that night you gaze moodily
At the moonlit apple-blossoms, for of course
Horror and repulsion do exist! They do! And you wonder, 
How long will the perfumed dung, the sunlit clouds cover my heart? 
And the some morning when the snow is flying
Or it lines the black-fir trees, the light cries, 
The excited songs start up in the yard! 
The feeding station is glad to receive its guests, 
But how long can the stopover last? 
The cold begins when the last song retires, 
And even when they fly against the trees in bright formation
You know the peace they brought was long overdue.
  
En aquella hora en que las oropéndolas llegaron volando
de vuelta a los hogares, sobre los canales y mares plateados,
la triste fuente se derritió en un salto,
las brillantes nubes cruzaron las colinas para encontrarlas.
La vieja casa guarda sus recuerdos, los pájaros
fluyen sobre teñida nieve en verano
o vuelven al mágico sol naciente en invierno.
Ellas se agrupan en la estación de la siembra, y con retazos de canción
saludan a los vecinos. '¿Era ésa tu voz? '
Y en primavera el loco canto continúa mucho después de irse el día,
al igual que cada una construye su nido colgante
de ramitas flexibles y suavísimo musgo y hierbas.
Pero una mañana te levantas y el mensajero de color bermellón
está ahí, más grande que la vida en la ventana.
'Me despido de vosotros; ahora vuelo lejos
a las soleadas cañas y pantanos de mi casa de invierno.'
Y esa noche miras melancólico
a las flores de manzana iluminadas por la luna; por supuesto
¡el horror y la repulsión existen! ¡Existen! Y te preguntas,
¿cuánto tiempo el oloroso estiércol, las nubes iluminadas por el sol cubrirán mi corazón?
Y alguna mañana, cuando la nieve está revoloteando
o cubre los abetos negros, ¡los gritos suaves,
las excitadas canciones comienzan en el patio!
La estación de la siembra se alegra de recibir a sus huéspedes;
pero, ¿cuánto tiempo puede durar la parada?
El frío comienza cuando la última canción se retira,
e incluso cuando ellas vuelan cerca de los árboles en brillante formación
sabes que la paz que trajeron fue hace mucho tiempo.

John Ashbery, The Orioles (Las oropéndolas), trad. Antonio Erena

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