jueves, 28 de noviembre de 2024

miércoles, 27 de noviembre de 2024

Obituarios 64

De arriba a abajo, David Zucker, Jerry Zucker y Jim Abrahams (Shorewood, 10.05.1944 - Santa Mónica, 26.11.2024) en Inglaterra el 22.06.86, fuente: Milwaukee Journal Sentinel (diario web)
Triples (+ 1) 8, anterior entrada del blog

martes, 26 de noviembre de 2024

lunes, 25 de noviembre de 2024

Excéntricos 35

Felicidad Blanc (Madrid, 03.02.1913 - San Sebastián, 30.10.1990) en la finca familiar de Castrillo de las Piedras, León, fuente: El Mundo, 19.09.24
Felicidad Blanc en el parque del Retiro, Madrid, foto: José Sánchez Martínez, 31.12.1976, Archivo ABC
Ayer y hoy 37 - Casas 23 (anterior entrada del blog)
Aficiones 20 (anterior entrada del blog)
Elección (anterior entrada del blog)

Mi siglo fue el XIX, todavía en mi niñez se percibía su resplandor, quizás en el sonido de los cascos de los caballos o en la música triste de aquel ciego que tocaba el violín en la esquina de la calle. Por eso en mi vida todo fue un continuo volver hacia atrás, un temor de crecer, te alejarse de aquello. «Ahora voy a estudiar, pero luego soñaré un rato»: esta facilidad para el ensueño me acompañaría siempre. Me salvaría a veces.
En los años de la guerra me refugié en la literatura, convertí en héroes a los que habían escrito aquellos libros y los busqué después como el último refugio. De muy cerca viví lo que ellos eran y, salvo raras excepciones, sólo encontré desilusión.
Pero el siglo XX con su mecánica, la pasión por el dinero, la muerte de tantos ideales, me hizo comprender que nada de lo que yo era o de lo que soy tenía ya valor.
Ahora que las conversaciones se apagan y que la rapidez en aumento nos arrasa a todos, recuerdo mis ensueños de adolescente, las horas brillantes en que todo parecía tan fácil de alcanzar.
Felicidad Blanc, Espejo de sombras, Librería Editorial Argos, 1977, p. 245.

jueves, 21 de noviembre de 2024

Lecturas 21

Vicente Blasco Ibáñez, Cañas y barro, ed. Prometeo, Valencia, 1902, fuente: Iberlibro

Habían entrado en el lago, en la parte de la Albufera obstruida de carrizales e islas, donde había que navegar con cierto cuidado. El horizonte se ensanchaba. A un lado, la línea oscura y ondulada de los pinos de la Dehesa, que separa la Albufera del mar; la selva casi virgen, que se extiende leguas y leguas, donde pastan los toros feroces y viven en la sombra los grandes reptiles, que muy pocos ven, pero de los que se habla con terror durante las veladas. Al lado opuesto, la inmensa llanura de los arrozales perdiéndose en el horizonte por la parte de Sollana y Sueca, confundiéndose con las lejanas montañas. Al frente, los carrizales e isletas que ocultaban el lago libre, y por entre los cuales deslizábase la barca, hundiendo con la proa las plantas acuáticas, rozando su vela con las cañas que avanzaban de las orillas. Marañas de hierbas oscuras gelatinosas como viscosos tentáculos subían hasta la superficie, enredándose en la percha del barquero, y la vista sondeaba inútilmente la vegetación sombría e infecta, en cuyo seno pululaban las bestias del barro. Todos los ojos expresaban el mismo pensamiento: el que cayera allí, difícilmente saldría.

Vicente Blasco Ibáñez, Cañas y barro, ed. cit., p. 14.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Mondo brutto 28

Croqueta de Higuera (Embutidos Bujalance, S. L.), foto: Antonio Erena, 20.11.24
Noche del sábado, 8 de julio de 2023. Una tienda de Mercadona en Albacete acaba de cerrar al público y sus trabajadores recogen el establecimiento. Uno de ellos se dirige a la sección de “listos para comer”, donde durante el día se comercializa comida ya preparada para su consumo inmediato. Allí, una compañera recoge los sobrantes y los deposita en un carro destinado a tirarlos a la basura. El trabajador en cuestión coge una croqueta de un blíster y se la come.

El lunes siguiente, día 10, este empleado reconoce ante la coordinadora de la tienda, de forma voluntaria, que había ingerido una croqueta sin pagarla. Esta le recuerda que la empresa prohíbe consumir productos del establecimiento sin previo pago, aunque se vayan a tirar a la basura. Ese mismo día, Mercadona le comunica el despido por causas disciplinarias al considerar el hecho una falta “muy grave”, según su convenio colectivo. El empleado llevaba 16 años en la empresa y tenía categoría de gerente A tramo 5, con un sueldo de 2.058 euros mensuales. El finiquito fue de 944,38 euros.

El 15 de octubre pasado, la sala de lo social Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla-La Mancha sentenció que se trató de un despido improcedente. Esta rechazó el recurso de Mercadona a la decisión del juzgado de primera instancia, que se pronunció en ese mismo sentido. El TSJ establece que la conducta imputada el trabajador no puede ser constitutiva de una falta muy grave, y sí merecedora de una multa. Pero, “en modo alguno”, la ingestión de una croqueta que se iba a tirar a la basura puede provocar “la sanción más grave del mundo laboral como es el despido del trabajador”. Confirma que la empresa debe readmitir al empleado o, en su defecto, indemnizarle con cerca de 40.000 euros, aunque ante su decisión cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo. A pregunta de este periódico, la empresa confirma que no lo ha interpuesto y que pagará la indemnización.

Para llegar a esa conclusión, la sala desgrana los distintos pasos que empleado y empresa dieron para el despido del primero. Mercadona justifica que este era conocedor de que tenía prohibido consumir productos del establecimiento sin pagarlos previamente. Ahí estriba el motivo del despido. La empresa acusa a su trabajador de haber comido un blíster entero de croquetas, cuyo precio era de 4,20 euros, lo que supone un “fraude, deslealtad o abuso de confianza”, y un “robo, hurto o malversación” a la empresa, lo que implica una falta muy grave según el convenio vigente a fecha de los hechos. También invoca el artículo 54.2 d) del Estatuto de los Trabajadores, que habla de “la transgresión de la buena fe contractual, así como el abuso de confianza en el desempeño del trabajo”, para justificar el despido disciplinario.

Buen comportamiento

Por su parte, el trabajador defiende que no se ha vulnerado esa buena fe, en tanto que su conducta a lo largo de 16 años siempre fue correcta y que tenía “una alta valoración por la empresa”. Reconoce que conocía todas las normas de la misma, pero que su vulneración esporádica no podía constituir su despido por su buen comportamiento. Además, apunta a que la empresa no le respetó su derecho de defensa, y que en ningún momento ocultó el hecho.

La sentencia recoge que dos testigos confirman que el empleado comió una croqueta, y no un blíster completo, como decía la empresa. Esto, según la sala, “es un importante matiz”, al igual que se tratase de un alimento situado “en el carro de productos destinados a rotura o basura”. En paralelo, otros empleados reconocen que también habían consumido de forma esporádica estos productos, sin que hubiese habido consecuencias disciplinarias más allá de alguna advertencia.

El juzgado sentencia que la conducta del empleado no puede considerarse fraudulenta, desleal o suponer un abuso de confianza. Tampoco que la ingestión de la croqueta sea equiparable a un robo, hurto o malversación, ya que la misma “no tiene ningún valor de mercado, ni siquiera ínfimo, pues la misma destinada a basura no podía ser puesta en venta al público”. Además, el hecho de que fuese una, y no un blíster entero, no es baladí. La sentencia recoge que el convenio habla de “apropiación indebida de productos”, en plural, y al ser solo una croqueta, “no concurre una apropiación indebida”.

“El hecho es más simple: el demandante el 8 de julio a las 22 horas consume una croqueta del blíster destinado a basura, sin ocultación alguna, reconociendo tal hecho cuando es preguntado, siendo un hecho excepcional, puntual y esporádico, y conociendo la orden e instrucción de la empresa de su prohibición lo que a criterio de esta juzgadora constituye una falta grave del art. 33 B) 4″ del convenio de Mercadona. Es decir, una desobediencia que facultaría a Mercadona a sancionar a su empleado, pero no a despedirle, según el tribunal.

Javier García Ropero, «Despedido de Mercadona por comerse una croqueta: la justicia sentencia que es improcedente», El País, 18.11.24

martes, 19 de noviembre de 2024

Otoño 8

Tréboles (Oxalis corniculata L.), foto: Antonio Erena, 15.11.24
Así que habrá que retirarse a la trastienda, apagar la radio, apagar el televisor, o dejar a las niñas que vean sus dibujos, acogerse al silencio, salir al campo en la mañana de noviembre, examinar con sosiego de botánico los vuelos de los últimos abejorros sobre las corolas desbaratadas y carnales de las últimas dalias, leerles un cuento a las niñas, o asistirlas en su propia lectura paciente, leer a Montaigne, o a su pariente espiritual Miguel de Cervantes, mandar dinero a la Cruz Roja de Valencia; y también dejar la trastienda y salir a manifestarse por el aire limpio, la vivienda digna, las ciudades no colonizadas por especuladores ni turistas, la educación pública crítica y humanista para todos, la sanidad universal a salvo de los mercaderes, el mundo habitable y justo en el que ojalá vivan esas niñas cuando sean mujeres adultas y nosotros ya no estemos.

Antonio Muñoz Molina, «Tareas de trastienda» (fragmento), El País, 16.11.24

lunes, 18 de noviembre de 2024

Entierro

Juan Rodríguez Jaldón, El entierro (1941), Ayuntamiento de Carmona, foto: Jl FilpoC, Wikimedia Commons
En el pueblo había muchas cofradías, especialmente de Semana Santa, y cada una de ellas tenía sus correspondientes insignias de gallardetes y banderas.

Era derecho, adquirido en vida por el cofrade difunto, que las insignias asistieran a su entierro. Estas insignias iban precediendo la procesión funeral hasta la iglesia parroquial.

Se había introducido, con el tiempo, una corruptela, y es que se alquilaban tales insignias aun cuando el difunto no había sido cofrade. La módica cantidad que se cobraba por este alquiler iba a ingresar los fondos de la cofradía para atender sus gastos específicos.

Las insignias cofradieras eran portadas en el entierro generalmente por ancianos necesitados o tarados físicamente, a los que se les gratificaba con cierta cantidad de dinero, mayor o menor, según fuera el entierro a la iglesia parroquial, al límite de la población —llamado «las cuatro esquinas»— o al cementerio. Esto en muy pocos casos.

Este desfile de hombres ancianos o tarados, mal trajeados, portando estandartes o gallardetes, era una cosa deplorable que ha sido saludablemente suprimida en estos últimos años.

 Juan Montijano Chica, Historia de la Ibérica Tosiria. La actual Torredonjimeno, Madrid, 1983, págs. 253-254.

jueves, 14 de noviembre de 2024

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Otoño 7 - Calles 13

Calle Rabadán, Torredonjimeno, foto: Antonio Erena, 13.11.24
Llueve. Hay silencio, porque la misma lluvia
no hace ruido sino con sosiego.
Llueve. El cielo duerme. Cuando el alma es viuda
de lo que no sabe, el sentimiento es ciego.
Llueve. Mi ser (quien soy) reniego...
 
Tan tranquila es la lluvia que se suelta en el aire
(ni parece de nubes) que parece
que no es lluvia, sino un susurrar
que de sí mismo, al susurrar, se olvida.
Llueve. Nada apetece...
 
No pasa viento, no hay cielo que yo sienta.
Llueve lejana e indistintamente,
como una cosa cierta que nos mienta,
como un gran deseo que nos miente.
Llueve. Nada en mí siente...
 
Fernando Pessoa, 
«Chove. Há silêncio, porque a mesma chuva», en Poesias, Ática, Lisboa 1942 (15ª ed. 1995), p. 188 (trad. Antonio Erena).

martes, 12 de noviembre de 2024

Estilema

Atardecer desde la logia de la catedral de Jaén, detalle del fuste de una de las columnas de la arquería con los baquetones alternados en altura, característicos de Andrés de Vandelvira, foto: Antonio Erena, 07.11.24

lunes, 11 de noviembre de 2024

Otoño 6 - Gastromanía 46

Membrillos, foto: Antonio Erena, 08.11.24
Es de color amarillo, como si llevase una túnica de narcisos, y huele como el almizcle de penetrante aroma.

Tiene el perfume de la amada y su misma dureza de corazón; pero tiene el color del amante apasionado y macilento.

Su palidez es un préstamo de mi palidez; su olor es el aliento de mi amiga.

Cuando se irguió fragante en la rama y las hojas le habían tejido manos de brocado,

extendí mi mano suavemente para cogerlo y colocarlo como pebetero en el centro de mi sala.

Tenía un vestido de pelusa cenicienta que revoloteaba sobre su liso cuerpo de oro.

Y cuando quedó desnudo en mi mano, sin más que su camisa de color narciso,

me hizo recordar a quien no puedo decir, y el ardor de mi aliento lo marchitó entre mis dedos.

Yaáfar al-Mushafi (siglo X), «El membrillo», en La cocina de al-Andalus, Inés Eléxpuru, Alianza Editorial. Madrid 1994.

jueves, 7 de noviembre de 2024

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Gemela

Lápida romana de Cassia Montanilla, monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad, Torredonjimeno, foto: Antonio Erena, 06.11.24

CASSIAE. A. F. MONTANILLAE

COLONIA  AVG. GEM.

DECRETO DECVRION.

    [Sac.] Esta Señor Cura, es la piedra que yá he dicho, que tenía reservada, para en llegando este caso; porque con ella se cierra, y corona el edificio á toda perfección, sirviendo en su frontispicio, ó fachada principal, como un Escudo de Armas, que indica sus excelencias y sus más antiguos timbres: Pues se halla en Torreximeno diciendo publicamente, que tuvo esta ilustre Villa, no menos que la de Martos, los honores de Colonia, con su renombre Augusta, y dictado de Gemela: que es la prueba mas fuerte y eficaz, que se puede apetecer, de que las dos hacian una en tiempo de los Romanos, de lo que se originó el plural Tucci Tuccorum, con que los mismos Romanos la nombraban en su lengua, y que quando le añadieron la excelencia de Colonia, le dieron el dictado de Gemela, para expresar la hermandad con que hallaron las dos Villas, en cuya atención hicieron la Colonia de las dos, aunque están algo distantes materialmente entre sí, que es puntualmente todo el concepto de mi idéa: por lo que yá me parece que la tengo concluida, y sin que le falte cosa de quantas el arte pide, desde el cimiento al remate.

    Cur. No hay duda que lo estaria con esa ultima piedra, que pretende ponerle por remate, si le hubiera hecho las informaciones de no ser advenediza, sino original y propria del mismo Torreximeno; o que se halló en sitio fixo, que quite toda sospecha de que pudo ser llevada del mismo pueblo de Martos, quando se fundó el convento. Lo que es muy verisimil sucediese; yá porque no era difícil, atenta la inmediación que tienen los dos pueblos entre sí; y yá por la certeza que tenemos de que la Villa de Martos obtuvo los honores de Colonia con los renombres de Augusta Gemela, que son los que se ven en dicha Lapida; por lo que es muy verosimil que la lleváran de ella. Si esto sucedió así, como es de sospechar que sucedió, queda descoronillada enteramente su Obra; pues se le cae esa piedra sin poderse tener en su lugar.

Fray Alejandro del Barco, Las colonias gemelas, Imprenta de Blas Román, Madrid, 1788, ed. facsímil, Gráficas la Paz, Torredonjimeno, 1982, págs. 223 y 224.

martes, 5 de noviembre de 2024

Triples 34

Fernando Cebrián (Bilbao, 15.05.1929 - Madrid, 30.01.2009)
Fernando Guillén (Barcelona, 29.11.1931​​​-Madrid, 17.01.2013)
Fernando Hilbeck (Madrid, 07.07.1933 - 18.04.2009)

sábado, 2 de noviembre de 2024

Memento mori

Taller de los Raxis, Angelito con máscara de calavera (Memento mori), retablo Mayor, iglesia de la Asunción, Priego de Córdoba, fuente: El Día de Córdoba (diario online), 31.10.22
¿Cuándo vendrá la muerte? No sabemos.
¿El cómo y el lugar? Ni en conjetura.
¿El detener su curso? ¡Qué locura!
Sólo es cierto y de fe que fallecemos.

Pues, ¿cómo la amenaza no tememos
del criador de toda criatura?
Deseche la maldad nuestra cordura
y el viaje del alma preparemos.

La muerte, aunque parece que se esconde,
cada momento nos está acechando;
dejémosla que siga y que nos ronde.

Ella va y viene, y nos está esperando,
y ya que nos oculta cómo y dónde,
estemos prontos para siempre y cuándo.

Diego de Torres Villarroel, ¿Cuándo vendrá la muerte?

jueves, 31 de octubre de 2024

Diluvio

Leandro da Ponte Bassano, Sacrificio de Noé tras el diluvio (1575-1600), Academia de San Fernando, Madrid
65Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra y que todos los pensamientos de su corazón tienden siempre y únicamente al mal, 6el Señor se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra y le pesó de corazón. 7Dijo, pues, el Señor: «Voy a borrar de la superficie de la tierra al hombre que he hecho, junto con los cuadrúpedos, reptiles y aves del cielo, pues me pesa haberlos hecho». 8Pero Noé obtuvo el favor del Señor. 9Esta es la historia de Noé. Noé era un hombre justo e íntegro entre sus contemporáneos. Noé siguió los caminos de Dios 10y engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet. 11La tierra estaba corrompida ante Dios y llena de violencia. 12Dios vio la tierra y, en efecto, estaba corrompida, pues todas las criaturas de la tierra se habían corrompido en su proceder. 13Dios dijo a Noé: «Por lo que a mí respecta, ha llegado el fin de toda criatura, pues por su culpa la tierra está llena de violencia; así que he pensado exterminarlos junto con la tierra. 14Fabrícate un arca de madera de ciprés. Haz compartimentos en el arca, y calafatéala por dentro y por fuera. 15La fabricarás así: medirá ciento cincuenta metros de larga, veinticinco de ancha y quince de alta. 16Haz una claraboya a medio metro del remate, pon una puerta al costado del arca y haz una cubierta inferior, otra intermedia y otra superior. 17Yo voy a enviar el diluvio a la tierra para exterminar toda criatura viviente bajo el cielo; todo cuanto existe en la tierra perecerá. 18Pero yo estableceré mi alianza contigo, y entrarás en el arca con tu mujer, tus hijos y sus mujeres. 19Meterás también en el arca una pareja de cada criatura viviente, macho y hembra, para que conserve la vida contigo. 20De cada especie de aves, de ganados y de reptiles de la tierra, entrará una pareja contigo para conservar la vida. 21Recoge toda clase de alimentos y almacénalos para que os sirva de sustento a ti y a ellos». 22Noé hizo todo lo que le mandó Dios.

71El Señor dijo a Noé: «Entra en el arca con toda tu familia, pues tú eres el único justo que he encontrado en tu generación. 2De cada animal puro toma siete parejas, macho y hembra; de los no puros, una pareja, macho y hembra; 3y lo mismo de los pájaros, siete parejas, macho y hembra, para que conserven la especie en la tierra. 4Dentro de siete días haré llover sobre la tierra durante cuarenta días con sus noches, y borraré de la superficie del suelo a todos los vivientes que he hecho». 5Noé hizo todo lo que le mandó el Señor. 6Tenía Noé seiscientos años cuando vino el diluvio a la tierra. 7Noé entró en el arca con sus hijos, su mujer y sus nueras, para librarse de las aguas del diluvio. 8 De los animales puros e impuros, de las aves y de todos los reptiles de la tierra, 9entraron con Noé en el arca de dos en dos, macho y hembra, como Dios había mandado a Noé. 10Pasados siete días, las aguas del diluvio cubrieron la tierra. 11En el año seiscientos de la vida de Noé, el día diecisiete del segundo mes, reventaron las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas del cielo, 12y estuvo lloviendo sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. 13Aquel mismo día entró Noé en el arca con sus hijos, Sem, Cam y Jafet, su mujer y sus tres nueras; 14y con ellos toda clase de fieras, de ganados, de reptiles, que se arrastran por la tierra, y de aves (pájaros y seres alados), según sus especies. 15Entraron con Noé en el arca parejas de todas las criaturas con aliento vital; 16de todas las criaturas entraron macho y hembra, como se lo había mandado Dios. Y tras él cerró el Señor la puerta. 17El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra; el agua creció y levantó el arca, que se alzó por encima de la tierra. 18El agua se hinchaba y crecía mucho sobre la tierra y el arca flotaba sobre la superficie del agua. 19El agua se hinchaba más y más sobre la tierra, hasta cubrir las montañas más altas bajo el cielo; 20unos siete metros por encima subió el agua, cubriendo las montañas. 21Perecieron todas las criaturas que se movían en la tierra: aves, ganados, fieras y cuanto bullía sobre la tierra; y todos los hombres. 22Todo lo que exhalaba aliento de vida, todo cuanto existía en la tierra firme, murió. 23Así fueron exterminados todos los seres de la superficie del suelo, desde los hombres hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo; todos fueron exterminados de la tierra. Solo quedó Noé y los que estaban con él en el arca. 24Las aguas llenaron la tierra durante ciento cincuenta días.

81Entonces Dios se acordó de Noé, de todas las fieras y de todo el ganado que estaban con él en el arca; Dios hizo soplar el viento sobre la tierra y el agua comenzó a bajar. 2Se cerraron los manantiales del abismo y las compuertas del cielo, y cesó la lluvia del cielo. 3El agua se fue retirando poco a poco de la tierra y decreció, de modo que a los ciento cincuenta días, 4el día diecisiete del mes séptimo, el arca encalló sobre las montañas de Ararat. 5El agua continuó disminuyendo hasta el mes décimo, y el día primero de ese mes asomaron los picos de las montañas. 6Pasados cuarenta días, Noé abrió la claraboya que había hecho en el arca 7y soltó el cuervo, que estuvo saliendo y retornando hasta que se secó el agua en la tierra. 8Después soltó la paloma, para ver si había menguado el agua sobre la superficie del suelo. 9Pero la paloma no encontró donde posarse y volvió al arca, porque todavía había agua sobre la superficie de toda la tierra. Él alargó su mano, la agarró y la metió consigo en el arca. 10Esperó otros siete días y de nuevo soltó la paloma desde el arca. 11Al atardecer, la paloma volvió con una hoja verde de olivo en el pico. Noé comprendió que el agua había menguado sobre la tierra. 12Esperó todavía otros siete días y soltó la paloma, que ya no volvió. 13El año seiscientos uno, el día primero del mes primero se secó el agua en la tierra. Noé abrió la claraboya del arca, miró y vio que la superficie del suelo estaba seca. 14El día veintisiete del mes segundo la tierra estaba seca. 15Entonces dijo Dios a Noé: 16«Sal del arca con tu mujer, tus hijos y tus nueras. 17Haz salir también todos los animales que están contigo, todas las criaturas: aves, ganados y reptiles; que se muevan por la tierra, sean fecundos y se multipliquen en ella». 18Salió, pues, Noé con sus hijos, su mujer y sus nueras. 19También salieron del arca, por familias, todos los animales, todos los ganados, todas las aves y todos los reptiles que se mueven sobre la tierra. 20Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura y los ofreció en holocausto sobre el altar. 21El Señor olió el aroma que aplaca y se dijo: «No volveré a maldecir el suelo a causa del hombre, porque la tendencia del corazón humano es mala desde la juventud. No volveré a destruir a los vivientes como acabo de hacerlo. 22Mientras dure la tierra no han de faltar siembra y cosecha, frío y calor,  verano e invierno, día y noche».

91Dios bendijo a Noé y a sus hijos diciéndoles: «Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra. 2Todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo os temerán y os respetarán; todos los reptiles del suelo y todos los peces del mar están a vuestra disposición. 3Todo lo que vive y se mueve os servirá de alimento: os lo entrego todo, lo mismo que los vegetales. 4Pero no comáis carne con sangre, que es su vida. 5Pediré cuentas de vuestra sangre, que es vuestra vida; se las pediré a cualquier animal. Y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano. 6Quien derrame la sangre de un hombre, por otro hombre será su sangre derramada; porque a imagen de Dios hizo él al hombre. 7Vosotros sed fecundos y multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla». 8Dios dijo a Noé y a sus hijos: 9«Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, 10con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. 11Establezco, pues, mi alianza con vosotros: el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra». 12Y Dios añadió: «Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: 13pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra. 14Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco 15y recordaré mi alianza con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir a los vivientes. 16Aparecerá el arco en las nubes, y al verlo recordaré la alianza perpetua entre Dios y todos los seres vivientes, todas las criaturas que existen sobre la tierra». 17Aún dijo Dios a Noé: «Esta es la señal de la alianza que establezco con toda criatura que existe en la tierra». 18Los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet.

Sagrada Biblia, Génesis, 6:5 – 9:18, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española, Editorial BAC

miércoles, 30 de octubre de 2024

Extraterrestres 19

Íñigo Errejón (Madrid, 14 de diciembre de 1983), fuente: Diario de Mallorca, 25.09.19
Diez años han pasado desde aquel asalto a los cielos que no llegó ni a despegar. En 2014, Podemos llegó con una mezcla de mesianismo y campechanía muy equilibrada. Sus discursos estaban llenos de jerga politológica y mala poesía revolucionaria, pero sus diputados dejaban los abrigos en el respaldo de los escaños porque desconocían el guardarropa. Ha llegado la gente al Parlamento, decían, y la gente se hace cargo de su propio abrigo. La gente tampoco quería coches oficiales, ni sueldazos, ni carreras políticas profesionales. Esos eran vicios de la casta a los que fueron acostumbrándose con la misma naturalidad con la que sus organizaciones asamblearias se volvieron cesaristas.

Se me atragantó siempre la cursilería, pero al principio me convenció la informalidad. Cuando vi a tanto rancio cabreado por los pelos, las pintas y los modales de los nuevos diputados, estos me cayeron simpatiquísimos, y sentí que aireaban las moquetas de una democracia que hedía a moho por muchos rincones.

Una década después, la caída del último de aquellos ídolos —instalado en la casta, inmerso en los usos y costumbres noctívagas de la élite cortesana, abrazando los vicios morales que vino a liquidar— subraya el final catastrófico de la aventura. Al margen del recorrido penal que pueda tener el caso, el derrumbamiento es moral, porque moral fue siempre su bandera. Íñigo Errejón es el símbolo de un fracaso mayúsculo: quisieron reformar la sociedad, pero no fueron capaces ni de reformarse a sí mismos.

El hundimiento va mucho más allá de una contradicción mal cabalgada. De los últimos 10 años, la izquierda adanista ha cogobernado la mitad, sin contar su amplio poder autonómico y municipal (ya desaparecido). En ese tiempo, la mayoría de los males que venían a sanar, a sajar o a paliar siguen igual o peor. Vivimos en un país más desigual, con una juventud más empobrecida y sin vivienda y con un Estado social más débil en lo más sensible, como la sanidad o la educación. La reforma laboral fue un chiste que mantuvo lo esencial de la del PP. Los avances en derechos civiles han estado acompañados de ruido y chapuzas que los han malogrado en parte y muchos movimientos sociales se han evaporado (¿alguien se acuerda de Stop Desahucios o de las mareas?). Como consecuencia, el espacio a la izquierda del PSOE, que representa a una parte importante de la población española, se ha quedado yermo y devastado sin apenas intervención de sus enemigos: complacidos y asombrados, estos han visto cómo los propios dirigentes de las sucesivas organizaciones lo arrasaban. El caso Errejón es tan solo la moraleja de una fábula tristísima.

Sergio del Molino, «Errejón como moraleja», El País, 30.10.24